EL ÁRBOL DE LA VIDA, LOS 7 PELDAÑOS DE LA CONSCIENCIA.

  EL ÁRBOL DE LA VIDA, LOS 7 PELDAÑOS DE LA CONSCIENCIA.

    Cada paso que damos en el entendimiento de la Realidad espiritual nos conduce a un nuevo estado vibratorio y en consecuencia adquirimos mayor consciencia. Así, existen 7 estados de consciencia bien definidos en nuestro camino evolutivo en la búsqueda de la ascensión.

   La reencarnación nos brinda nuevas oportunidades en el trabajo de reconocimiento de nuestra auténtica naturaleza Yo Soy el que Soy. Contamos con libertad para movernos por este plano carnal con el único fin de aprender mediante las interacciones energéticas con otros sujetos encarnados o desencarnados como ya hemos visto. Lo que somos en cada momento es el producto de acciones pretéritas.

   Hemos identificado una nueva vía de transmutar el karma a través del perdón, de manera que podamos avanzar sin la necesidad de saldar esos débitos contraídos. Con la meditación encontramos la manera de poner la atención en nuestra Realidad espiritual, y así escapar a la ilusión de los sentidos carnales. Y dedicando nuestra atención en el espíritu, éste se fortalece y nos conduce a nuevos estados vibratorios.

   Cuando nuestro espíritu esté preparado, y con nuestra atención en el interior, kundalini nos abrazará con su despertar de fuego purificador para elevarnos en consciencia de la Realidad. Pero esto requiere de entrega y dedicación por nuestra parte y de un compromiso firme. Kundalini emerge para conducirnos a través de una escalera de consciencia. Cuenta con 7 escalones que se corresponden con los siete chakras o vórtices de energía vibratoria.

   A lo largo de nuestras distintas encarnaciones, podremos dar pasos hacia arriba o hacia abajo, porque aún no hemos puesto nuestra atención en el camino medio. Para que los pasos que demos sean firmes y definitivos y nos conduzcan al establecimiento de un nuevo estado vibratorio de consciencia, hemos, desde luego, de escapar de los extremos energéticos de este mundo. Y eso sólo se logra con la moderación y la mesura en nuestras acciones.

   Cuando ya nos comprometemos con el Yoga o meditación contemplativa, bajo un estado de entrega y no reaccionando ante los estímulos externos, entre los que incluiremos los pensamientos, es entonces cuando la semilla comienza a germinar y a enraizar adecuadamente. El árbol comienza a crecer y la consciencia a elevarse.

   La semilla de la Verdad se halla en nuestro interior, y ésta es Yo Soy El que Soy. Contamos con la meditación y la atención con el propósito de que la semilla germine. Así, iremos regando esta semilla para que el árbol crezca. En su crecimiento muchas dificultades se encontrará, por lo que deberemos ser un jardinero eficiente, presto a identificar cualquier ataque externo que pudiera hacer peligrar el crecimiento del mismo.

   Siempre esperamos que con el tiempo el árbol dé sus frutos, y de verdad les digo que el fruto del árbol de la vida es hermoso, y el que tiene la fortuna de degustarlo queda embriagado de Luz para siempre. Para que esto suceda, 7 son los pasos en el crecimiento del árbol, por ésto debemos emplearnos a fondo en el camino medio de la moderación en el desarrollo de nuestras vidas en este plano.

   A medida que los chakras vayan disolviendo sus bloqueos energéticos, kundalini establecerá con su paso a través de este centro mayor sutileza en cuanto a la cualidad subyacente en éste. Y cuando el paso de kundalini por este chakra se efectúe sin fricción alguna, nuestra consciencia dará un salto de no retorno. Se establece entonces la cualidad divina en nosotros y habremos subido un peldaño en esa escalera de consciencia.

   De esta manera iremos dando pasos firmes y definitivos que nos conduzcan a la ascensión, luego cuando se produzca el último paso y hayamos completado la escalera, el árbol se manifestará en todo su esplendor, y dará a probar su fruto a todo aquel que interactúe con él.

   Cada espíritu goza de una naturaleza propia y singular que se va forjando con el discurrir de la experiencia, ésto le hace único. Así, cuando alcance la iluminación, una cualidad brillará por encima de las demás. Y ese será el sabor de su fruto, sabor que le hace único y especial. Luego de esta manera, la Creación cuenta con muchos y vastos árboles con frutos de toda índole. Por eso, cada ser ascendido nos da a probar el fruto de su árbol con la esperanza de que quedemos impregnados de su maravilloso sabor vibratorio.

   No perdamos el tiempo y reguemos nuestro árbol a diario con dosis de meditación y atención para que un día esté listo para dar su fruto. El camino que nos conduzca a ésto parece difícil y desproporcionado, pero en realidad no lo es tanto si contamos con la fe suficiente para enfrentar tamaña aventura. Además, tenemos espejos en los que mirarnos, como puede ser el caso de Jesús. El es el camino que conduce al Reino de los cielos de la consciencia, luego no lo dude más, si usted está leyendo esto es que ya está preparado para dedicarle atención a su árbol interior. No existen casualidades al respecto, lo que escribo no lo hago como producto de mi mente, sino por expresa indicación de Aquellos que me impulsan a transmitirles estas enseñanzas. Así que si ha llegado hasta estas palabras, me dirijo a usted para que finalice la búsqueda exterior sometida a los extremos vibratorios propios de este mundo, y comience la búsqueda interior que le conducirá al reconocimiento de su propia Realidad espiritual.

   ¡Sí, no lo dude más, es usted quien debe dar el paso para que el árbol de la vida crezca y dé frutos de esperanza para aliviar el sufrimiento de los que buscan pero no encuentran. No busque más, encuéntrese...!