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domingo, 9 de septiembre de 2012

BUDA EL DESPIERTO - LA CONSCIENCIA DE UN ILUMINADO



   
   Continuando con el camino que hemos emprendido, en lo que respecta a la disolución de un posible quebranto espiritual, llegamos al punto en el que un nuevo maestro ascendido nos transmite las vibraciones necesarias para concluir el trabajo con éxito en última y definitiva instancia más allá de cualquier condicionamiento mental.

   Para ello habremos de haber aparcado definitivamente cualquier signo de inquietud mental que pudiera sacarnos del Camino de paz y certidumbre que se abre ante nosotros de la mano del maestro Buda.

   Buda transmite vibraciones de paz, armonía y maestría. Con ellas emprendemos un viaje definitivo hacia la libertad, y de esta suerte todo signo de oscuridad y apariencias queda definitivamente disuelto.

   "Adentraos en la quietud de vuestro espíritu, pues aquel que observa con paciencia es reconfortado con la dicha del reconocimiento".

   "En el camino hacia el reconocimiento se debe obrar con moderación en los distintos aspectos de la energía que conforma vuestra naturaleza vibratoria. Así, cuerpo, mente y espíritu deben moderarse para manifestar la divinidad".

   "La mente no debe ser óbice par que meditéis observando los distintos y variados movimientos de las energías, de su origen, sentido y finalidad".

   "Yo Soy la paz que sobrecoge al espíritu que despierta a su propia naturaleza sin la adulteración de la carne y la mente. Yo Soy la divinidad del espíritu despierto".

   "Llegar hasta mí es sencillo para aquel que desapegado y moderado en sus acciones se ha vencido a sí mismo sin entablar batalla alguna. Mas para aquellos que luchan enconadamente, mi naturaleza les será esquiva".

   "Sólo el que se entregue sin oponer resistencia estará en el Camino que conduce a la libertad. Tan solo debéis observar, que la quietud os será entonces compañera. No obstante, el gran ilusionista de este mundo carnal enviará sus mejores tropas al campo de batalla para sofocar la rebelión".

   "El ilusionista es la mente; el campo de batalla será la situación vibratoria en la que te encuentres; los pensamientos serán las poderosas tropas que implacablemente intenten someterte".

   "En el fragor de la lucha siempre el gran ilusionista saldrá victorioso pues en su campo de batalla juega con la ventaja de la invencibilidad. Por eso todo aquel que opone resistencia perece por incauto y es sometido a la tiranía de la mente".

   "Sólo aquel que se vence a sí mismo fruto de la entrega y la observación, eleva sus vibraciones para establecer un campo de batalla donde el gran ilusionista mental juega en franca desventaja".

   "La atención continuada en este estado de quietud y moderación produce un asentamiento vibratorio que se manifiesta con los primeros síntomas de la libertad en este mundo de ilusiones".

   "El despertar se produce en distintas etapas de la observación contemplativa, la consciencia se magnifica para abrir una puerta que ya no podrá ser cerrada jamás".

   "Los murmullos de la mente cesan en los albores de un nuevo amanecer de consciencia. Más adelante la certeza se establece para disolver cualquier atisbo de duda. Finalmente la contemplación atenta y entregada nos conduce a la Iluminación".

   "Yo Soy el despierto, el Buda".
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domingo, 4 de marzo de 2012

SIDDHARTA GAUTAMA, DE PRÍNCIPE A BUDA, LA RENUNCIACIÓN A LOS EXTREMOS, EL CAMINO MEDIO.


   Buda es, sin duda, uno de los grandes personajes históricos que han dejado una profunda huella vibratoria en todos nuestros espíritus. El nos marca sin duda el camino a seguir para liberarnos de la ilusión de este mundo.

   De nombre Siddharta Gautama, nació cerca de las montañas del Tibet en La India en el siglo V a.C., como príncipe de un clan de esta zona. Al poco de nacer su padre, que era rey, llamó a un reconocido sabio a que profetizara sobre la vida del joven príncipe. Así, presagió que el príncipe sería un gran rey y guerrero o, por el contrario, sería un gran maestro espiritual. Ante esta disyuntiva, el rey resolvió que debería mantener al príncipe alejado de todo sufrimiento mundano, a fin de que no le embargaran las dudas que pudieran conducirle a la espiritualidad. De esta manera colmó todos sus deseos en palacio, manteniéndole ignorante al sufrimiento fuera de éste.

   Así vivió Siddharta sus primeros 29 años, regocijado en el placer y la abundancia que le suministraba su padre, incluso se casó y obtuvo descendencia. Pero una poderosa llamada en su interior le produjo la necesidad de salir de los límites del palacio y explorar nuevas experiencias. Así, pidió permiso al rey para hacerlo. El rey lo preparó todo para que las calles se presentaran impolutas y engalanadas a fin de que el príncipe siguiera viviendo su particular "sueño".

  Sin embargo, Siddharta observó más allá de lo que había establecido su padre, y por primera vez contempló la enfermedad, la decrepitud y la muerte. Esto supuso un shock que le compungió sobremanera. Ya desde este momento jamás sería el mismo. Tras volver a palacio, las preguntas le bombardeaban su cabeza y todo el circo que había montado su padre de manera sobreprotectora caía con estruendo a los pies del príncipe.

   Tras pasar un período de dudas, decidió que debía partir, abandonarlo todo y experimentar la vida. Había resuelto que debía conocer el misterio de la muerte. Y así partió de palacio, renunciando al placer y la abundancia, e iniciando la búsqueda. El príncipe ataviado con hermosas vestiduras, se cruzó con un mendigo e intercambió su atuendo con éste. Aquí comienza un hermoso y accidentado periplo aventurero en búsqueda de la libertad.

   El príncipe se convirtió en mendigo, y como tal se dirigió a la búsqueda de la sabiduría que le liberara de aquella decrepitud que había observado y que le había impactado profundamente. Durante años se sometió a la doctrina de distintos maestros que le iniciaron en la práctica de la meditación y del ascetismo extremo. Deambuló durante años de un maestro a otro, pero siempre sin obtener satisfacción a ese irrefrenable estímulo interno que le imbuía a seguir buscando de manera incansable.

   En una de sus últimas prácticas de ascetismo extremo, en las que permanecía meditando sin alimentarse durante días, y presentando un estado lamentable que le acercaba a las fauces de la muerte, escuchó entonces las palabras de un maestro músico que explicaba a una niña como debían estar las cuerdas de una cítara para que los acordes musicales fueran perfectos. Pues bien, si las cuerdas del instrumento se presentan muy tensas entonces se romperían, y si están muy flojas no sonarían.

   En ese preciso instante, Siddharta comprendió que la práctica ascética que venía practicando era demasiado rígida, y corría riesgo de que se rompiera como las cuerdas de la cítara. De igual manera, su anterior vida principesca llena de placeres que satisfacían todos sus placeres, era igualmente extrema pero en el otro sentido. Entonces entendió que los caminos que había emprendido eran erróneos. El verdadero y único camino hacia la armonía era el camino del medio, lejos de los extremos inquietantes.

   Y fue entonces que se levantó y se alimentó recobrando fuerzas y vigor en su maltrecho cuerpo. Tras haberse recuperado, se dirigió a la orilla de un río y a la sombra de un árbol se abandonó a la meditación, de manera que comprendió que la búsqueda había finalizado, pues aquello que buscaba bajo doctrinas extremas no le conducirían a la Verdad (Dharma).

   Durante esta meditación contemplativa, Siddharta atravesó por distintos estadios vibratorios, donde la mente ilusionista y esclavizadora (Mara) de este mundo le sometió a todo tipo de pruebas. Sin embargo, Siddharta no reaccionaba ante estos ataques desesperados de Mara. Y así, la ilusión del mundo terreno fue dando paso a la Realidad del espíritu eterno. Los pensamientos se ausentaron, las dudas se disolvieron, la autoconsciencia se manifestó por fin. Ya no era Siddharta, se había convertido en un despierto o iluminado (Buda).

   Nuestro amado maestro Buda establece las bases del buscador, el es la suprema excelencia en la búsqueda de la Virtud. El dharma se encuentra en el camino medio de la renunciación a los extremos dominantes vibratorios de este mundo terreno. Establece un camino medio como fuente única de liberación en todos nuestros hábitos. Ni mucho ni poco, ni blanco ni negro,disolvamos la dualidad aparentemente manifiesta de este mundo; establezcámonos con la atención de un testigo desapegado del juego de la vida.

   Hermoso es el camino medio, es simple y está ahí, bien definido para el buscador. Buda se vence a sí mismo y disuelve el poder de la mente de manera definitiva, creando una brecha vibratoria en este mundo que servirá para que otros sigan sus pasos. Desde ese momento la mente estará al servicio del espíritu y no al contrario. Buda desde la entrega y la no-lucha o renunciación contemplativa nos muestra el camino medio para establecer la armonía en nuestras vidas y trascender la carne para siempre.

   Debo reseñar algunas frases del maestro Buda que me parecen dignas de mención, y que no merecen de mayor explicación:

   "Al que vive aferrado al placer, con los sentidos irrefrenados, sin moderación en la comida, indolente, inactivo, a ese Mara lo derriba, como el viento derriba a un árbol débil".


   "El ignorante es indulgente con la atención, el hombre sabio custodia la atención como el mayor tesoro".


   "Larga es la noche para aquel que está despierto. Largo es el camino para el viajero cansado. Larga es la existencia repetida para los necios que no conocen la enseñanza sublime".


   "Si uno percibe el mundo como una burbuja de espuma y como un espejismo, a ese no le ve el dios de la muerte".


   "Refrenar el ojo es bueno. Refrenar el oído es bueno. Refrenar la nariz es bueno. Refrenar la lengua es bueno".


   "El insensato que reconoce su insensatez es un sabio. Pero un insensato que se cree sabio es, en verdad, un insensato".


   "Nunca he conocido a alguien tan ignorante del que no pudiera aprender algo".


   "La máxima victoria es la que se gana sobre uno mismo".


   "Para enseñar a los demás, primero tendrás que hacer algo muy duro: has de enderezarte a ti mismo".


   "El dolor es inevitable, pero el sufrimiento es opcional".


   "El odio no disminuye con el odio. El odio disminuye con el amor".

   Apliquémonos en la práctica de la meditación y establezcamos hábitos de moderación en nuestra vida. El maestro Buda nos ha dejado las consignas necesarias para que la armonía nos embargue de dentro hacia afuera. Enderecemos el árbol de la atención dispersa y las conductas impropias y entreguémonos al Dharma.
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domingo, 8 de enero de 2012

EL CAMINO MEDIO

 
   Dada la explicación que les he dado sobre el funcionamiento del sistema sutil, vamos a empezar poniendo especial atención en el canal medio de este sistema (ver anterior artículo). Puesto que es el camino del equilibrio y el que todo buscador espiritual debe cultivar para su progresión y evolución. Este es el camino del que habló Buda. El camino que buscó con ahínco durante toda su vida y que tras someterse a todo tipo de doctrinas y maestros, que le dejaban por completo insatisfecho en la búsqueda de la respuesta a todo lo creado, entendió que ningún maestro podría mostrarle tal respuesta.
  Finalmente, en un acto de entrega, se sentó a la sombra de un árbol y se abandonó a la práctica de la meditación contemplativa. Y así estableció su atención en el camino medio, que es el camino de la moderación que supone la huida de los extremos. Es decir, ya su atención no estaría en los canales izquierdo y derecho, en el ying y el yang, en la mente y las emociones. Resolvió escapar a este dominio pendular que nos somete y esclaviza y que no nos permite percibir la Realidad en toda su esencia.
  Así fue como Buda adquirió consciencia de sí mismo y de todo lo que le rodeaba. Venció al control de la mente y de las emociones. Pero no luchando contra ellas, ya que al fuego no se le puede vencer con más fuego. La clave reside en la entrega, en la contemplación sin respuesta a los estímulos a los que nos someten la mente y el cuerpo.
  De esta manera Buda despertó la energía Kundalini que se encontraba en estado latente y la invitó a través de su entrega y amor a estimular los distintos chakras. Con este despertar fue adquiriendo las cualidades divinas de los mísmos y encontrando nuevos niveles de consciencia. Cuando todos sus centros de energía habían sido completa y absolutamente estimulados por la Kundalini alcanzó la Iluminación espiritual, o lo que es lo mismo adquirió consciencia de su propia divinidad y escapó para siempre de los extremos.
   Indudablemente este es el camino que todos debemos seguir. No es un camino sencillo, desde luego que no, pero en lo más profundo de nuestro ser esta semilla espera que la reguemos con nuestra atención para florecer y conducirnos, como a Buda, a la liberación.
   Debemos tener presente nuestras propias limitaciones en cuanto a desarrollo espiritual, y con esto me refiero a los más que seguros bloqueos de nuestros chakras.
   ¿A qué se deben estos bloqueos?. Para responder a esta cuestión debemos saber que en nuestras diferentes encarnaciones vamos adquiriendo una personalidad, y que no es otra cosa que el reflejo de la energía de estos chakras. En estos centros se acumulan todas nuestras vivencias, todos nuestros karmas.
   Esta energía de nuestro sistema sutil, es decir, la que componen chakras y canales energéticos es nuestra huella espiritual, la que define nuestra personalidad y la que nos llevamos con nosotros luego de abandonar el plano físico. Es como nuestro equipaje, el cual hemos de ir puliendo con la experiencia.
  Debemos por tanto tener presente que el estado de este sistema en este momento es el resultado de un largo peregrinaje de nuestro ser. Así es más fácil entender desde la globalidad por qué una zona u órgano de nuestro cuerpo enferma sin que parezca haber una causa plausible.
   La enfermedad física es el reflejo más grosero del bloqueo de estos centros de energía. Y como ya he comentado, es posible que tratemos estos chakras a distintos niveles de sutilidad con el fin de disolver el bloqueo energético y con ello erradicar la enfermedad.
   Como ya vimos, la mayoría de nosotros se mueve por los impulsos energéticos de este sistema sutil. Pongamos un ejermplo:
   Imaginemos a una persona que tiene mucha actividad mental, que siempre está pensando en el futuro, que está siempre estresada. Pues bien, esta persona actúa por impulsos de su canal derecho. Si este canal se sobrecalienta y dado que este canal termina en el hemisferio izquierdo del cerebro, será entronces un individuo con un gran ego.
   Por el contrario si el individuo está siempre pensando en el pasado, en lo que fue, siente culpabilidad y está aletargado, esto es resultado de un canal izquierdo preponderante. Como la naturaleza del mismo es una energía fría, cuando este se enfría en exceso y dado que termina su recorrido en el hemisferio derecho, producirá un individuo con un gran superego.
   Si analizamos nuestra vida vemos que en determinados momentos nos mostramos eufóricos, para luego pasar a la depresión, y de ésta a la euforia de nuevo, en un bucle inacabable. Es como un péndulo que nos lleva de un extremos a otro, pues cuando un canal se sobrecarga en exceso se desinfla pasando parte de esta energía al otro. Esto se debe a que ambos canales izquierdo y derecho se entrecruzan a la altura del sexto chakra. Este es un mecanismo de autodefensa de nuestro sistema sutil.
   Cultivemos las cualidades de los siete chakras y busquemos algún momento durante el día para practicar la meditación contemplativa...
   

  
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