¿Quién no ha oído alguna vez hablar de demonios?. ¿Pero realmente se han planteado su existencia?. ¿O por el contrario creen que se trata de una falacia?. Pues desde luego que existen, han existido y seguirán existiendo.
La Creación cuenta con un perfecto organigrama donde todo funciona a la perfección. No queda nada al azar. Y lo increíble es que esto suceda, aún cuando todas las criaturas cuentan con libre albedrío para alterar cualquier hoja de ruta.
Pues bien, la Creación se vale de todas las almas que la conforman, de manera que las unas se apoyen en las otras para interactuar. De la misma se deducen experiencias enriquecedoras que resuelven en evolución.
Es decir, tanto los espíritus menos evolucionados como los más evolucionados, se apoyan los unos en los otros para seguir creciendo.
Aquellos espíritus desencarnados que han quedado entorpecidos vagan en un realidad ficticia propia de su ignorancia. A estos seres que no han seguido el tránsito natural hacia el mundo del espíritu, es decir no han ido hacia la luz, se les va oscureciendo su ser. Por ello, los seres que vagan en un estadio intermedio entre este plano y el espiritual carecen de luz.
La luz es el resultado del continuo adquirir de experiencias y conocimientos en distintas reencarnaciones que confluyen en evolución y ascensión. Un espíritu que sigue su camino tras el óbito estará en la luz. En mayor o menor medida según sea su grado evolutivo. Pero estará en la luz.
Para el caso que nos atañe, aquellos que han quedado entre este plano y el otro carecen de luz porque se han negado a ascender por el sendero de la evolución hacia el plano espiritual, y por tanto, los denominaremos seres oscuros o entorpecidos.
El grado de entorpecimiento puede ser muy dispar, puesto que para unos puede ser una situación pasajera (como ya comenté en el
anterior artículo) o ir en aumento. Cuanto más tiempo se pase en la oscuridad más oscuro se volverá el espíritu.
Lógicamente vamos a tratar a aquellos cuyo grado de oscuridad es mayúsculo. Estos suelen comportarse haciendo uso de los más bajos instintos terrenales. Pueden mostrarse desagradables, arrogantes, despiadados, prepotentes.
¿Se preguntarán si es posible la interacción entre este plano físico y ese entreplano en el que se mueven estas almas?. Se sorprenderían si pudieran percibir la realidad como yo la observo. Las interacciones son el pan de cada día, y no me refiero a fenómenos paranormales tan proclives en las películas holywoodienses. Me refiero a que la mayoría de ustedes no es consciente de la existencia de los mismos, ni de la poderosa influencia que pueden transmitir sobre los que contamos con carne (y algunos desencarnados).
Estos espíritus suelen influir energéticamente sobre nosotros. Y dependiendo de cual sea su naturaleza nos afectarán en un aspecto u otro. El afectamiento puede derivar en enfermedades físicas o mentales, así como en distintos hábitos de comportamiento y conductas inapropiadas.
Las enfermedades que se producen por esta influencia oscura se manifiestan física o mentalmente porque afectan a nuestro sistema sutil (
del que ya hemos hablado), produciendo un bloqueo energético en determinados chakras. Cuando la energía se colapsa en esta zona, los órganos que están directamente ligados a este centro comienzan a fatigarse produciendo la enfermedad.
El chakra cuanto más rápido mueva sus vórtices, más dinámico será el discurrir del torrente energético, más sano estará, y en consecuencia los órganos que le rodeen. En algunos casos aunque un médico nos prescriba medicación para atacar a la enfermedad físicamente, si la raíz de la misma está en la influencia de lo oscuro en nuestro sistema energético, será pan para hoy y hambre para mañana. No sanaremos del todo. Será sólo un parche. Y puede ocurrir que aparenteente sanemos, pero que volvamos a recaer si no atacamos el origen del problema.
La afectación por parte de estos demonios puede producir mucho daño si dejamos que la misma se perpetúe en el tiempo. Para que esto no ocurra debemos tomar medidas que expondré en el próximo artículo.
Debemos también tener en cuenta que hay demonios que cuentan con grandes conocimientos de la Realidad, y que por una u otra circunstancia han decidido quedar al margen de la misma, y deleitarse con tan bajos propósitos.
Por eso no debemos confundir al entorpecido con el demonio. Puesto que éstos cuentan con un mayor grado de oscuridad con respecto a los primeros, que despertarán en cuento salgan de la absurda pesadilla en la que están sumidos.
Existen casos muy graves de afectación demoníaca, en los que el individuo puede incurrir en graves dolencias y alteraciones de conducta. Seguramente en este caso es presa de un demonio de considerable oscuridad. La casuística es muy variada y cada caso debería ser estudiarlo con detenimiento.
Los casos más llamativos de posesión de los que se hacen eco las grandes producciones cinematográficas, son casi inexistentes. Por otro lado, estos demonios suelen moverse también por asociación. Con lo que muchas veces no se presentan solos.
Importante en todo esto es saber que así como existe una jerarquía en la oscuridad, también lo hay en la luz. Son opuestos enfrentados, pero donde los unos se valen de los otros en su camino de ascensión. Nada es casual, todo es causal.
La naturalidad ha de ser la manera en que veamos todo esto. Créanme cuando les digo que mucho de lo que nos ocurre es derivado de una afectación de un alma oscura. Sólo que achacamos muchos de estas dolencias a otras razones más palpables.
Nuestro Padre creador nos ha dotado de herramientas suficientes para enfrentar estas situaciones con absoluta garantía. Así para los que contamos con conocimientos, como es mi caso, el ser consciente de lo que me rodea tanto a mi como a otros me hace movilizarme para solventar la eventualidad.
La herramienta más poderosa que existe es la oración. Pues genera unas vibraciones que hacen que la oscuridad se disuelva en mayor o menor medida. Y donde para otros casos más complicados siempre existirá una herramienta de mayor calado.
No teman, no estamos solos...