Sabemos ya que el despertar requiere de esfuerzos de atención y meditación continuados. Les he dejado pautas para invitar a esta energía Madre a que despierte del letargo en el que está sumida, pero siempre en los momentos previos a la meditación diaria. Su despertar se producirá cuando estemos preparados para iniciar el camino de limpieza de nuestro sistema sutil.
Con el tiempo y la práctica meditativa, kundalini emergerá de su letargo como un poderoso fuego serpentino que ascenderá por nuestro canal medio, para ir disolviendo las obstrucciones de los chakras que se encuentre a su paso. Podemos ayudar a disolver estas obstrucciones, haciendo pequeños círculos en el sentido de las agujas del reloj con nuestra mano derecha (como ya hemos visto). De esta manera kundalini encontrará menos oposición en su ascenso.
Debo indicarles que kundalini no se debe forzar, ya que una Madre sabe lo que necesita su hijo. Si estamos preparados y dispuestos, ella despertará de su letargo para siempre, conduciéndonos entonces hacia el Padre.
Para que kundalini pueda ascender a lo largo del camino medio, es necesario que nuestros chakras se encuentren lo suficientemente abiertos. También hemos visto que un chakra es un vórtice de energía que se asemeja a una galaxia en espiral que gira en el sentido de las agujas del reloj. Si este vórtice está obstruído girará muy lentamente, y por consiguiente kundalini no podrá pasar a través suyo.
Los 7 chakras de nuestro sistema energético son las siete puertas que debe atravesar nuestra Madre para conducirnos al encuentro del Padre. Si no abrimos las puertas de abajo a arriba (del primero hasta al séptimo chakra), kundalini se verá impedida en su ascenso.
Lógicamente, kundalini inicia su recorrido justo por debajo del primer chakra, luego si este no está medianamente abierto, no se iniciará el ascenso. Cada chakra tiene una naturaleza energética distinta, y sus vibraciones se elevan produciendo una mayor velocidad de giro (más abierto al paso de las energías) cuando se establece en nosotros una cualidad que le es afín vibratoriamente.
De esta forma, debemos tener establecidas en nuestro comportamiento un mínimo de cualidades que sean afines energéticamente con estos chakras. Que de abajo a arriba son:
- Inocencia
- Conocimiento puro
- Satisfacción
- Confianza
- Testigo desapegado
- El perdón
- Reconocimiento Yo Soy el que Soy
Todo siempre desde la moderación, no llevemos la práctica a los extremos que nos ofusquen o confundan. No hay santos en la tierra, sólo más o menos evolucionados. La gran mayoría que lee este artículo está preparada mínimamente para iniciar el recorrido, si no lo ha hecho ya sin ser consciente.
A medida que kundalini asciende nuestra consciencia se va ampliando, con lo que percibiremos retazos de la Realidad. Con su despertar y ascenso como un fuego serpentino, comienza a interaccionar con los chakras que se encuentra en su camino. De esta manera si el chakra gira con rapidez permitirá que un importante caudal de kundalini lo atraviese en su ascenso hacia el siguiente chakra, y así sucesivamente.
Si uno de los chakras está obstruído, kundalini quedará atrapada en esta puerta. Sin embargo quedará ahí erosionando energéticamente este centro hasta que comience a abrirse. Cuando una nueva puerta energética se abre, kundalini nos traslada a un nuevo estado de consciencia, de manera que se establece en nosotros una nueva visión de la Realidad.
Existe un centro de energía que es fundamental para que definitivamente despertemos en consciencia de hermandad. Este punto de inflexión se ubica en el chakra situado a la altura del corazón (cuarto chakra). Cuando kundalini traspasa este vórtice de energía, nos inunda una sensación de seguridad y confianza que nos da crédito para iniciar cualquier cosa que nos planteemos. Pero sólo será posible a través del amor...
"...Sólo a través del amor será salvo el hombre..."
El quinto chakra vibra con velocidad para permitir el paso de kundalini cuando se establece la atención como testigo desapegado de cuanto acontece en la ilusión de la vida física. Es un salto importante a nivel de consciencia espiritual. Ya que ahora percibimos lo que es Real de lo que no lo es. Poco a poco el hombre ya no se ve como tal, sino como espíritu imperecedero. Se establece el Yoga o meditación contemplativa como motor de entendimiento.
El sexto chakra es la puerta final que nos conduzca al Reino de los cielos del que nos habló Jesús. Esta es su puerta estrecha, y sólo a través de él podremos aspirar a los cielos de la consciencia. Este centro de energía vibra con un movimiento ágil cuando el sujeto establece el perdón como moneda de cambio en todas sus acciones. Así, actúa sin esperar recompensa, y se perdona todo lo pasado. Es entonces cuando la misericordia se apodera de su espíritu para entender todo lo que acontece alrededor suyo.
Finalmente, kundalini atisba el fin del viaje, y nos conduce hasta la última puerta. Este último chakra necesita del reconocimiento sincero de Yo Soy el que Soy en nosotros. Además, de la entrega suficiente para entender que "Padre tú lo haces todo, en verdad yo no hago nada". Aceptándonos como divinos, al tiempo que nos entregamos al Creador, los cielos del entendimiento se abren para nuestro espíritu.
El hecho de que kundalini ascienda hasta el último chakra no es significativo de que la ascensión se haya completado, pues para ello todas las puertas (chakras) deben estar abiertas por completo, para permitir el paso de todo el torrente de kundalini, lo que supondría la iluminación del espíritu.
Aún así, se establece la realización del ser cuando kundalini alcanza el séptimo chakra, pues aunque levemente, tendremos retazos de la Realidad, que irán en la misma medida que el caudal de kundalini ascendente. En este estado se encuentra una gran parte de la humanidad encarnada, que requiere de trabajo meditativo para aliviar los bloqueos energéticos, así como de depuraciones de ciertos hábitos de comportamiento.
Un primer aviso de que el caudal de kundalini que traspasa el último chakra es significativo, sucede cuando se establece en nosotros la consciencia sin pensamientos. Es decir, de repente nuestra mente cesa su actividad, y es entonces cuando el espíritu nos habla desde el silencio establecido. El silencio se establece para trascender la mente.
Más profundamente, y con un caudal más amplio e intenso de kundalini alcanzando la séptima puerta, tras el silencio establecido aparece, para nuestra sorpresa, la consciencia sin dudas. Espontáneamente, kundalini nos eleva para interpretar todo lo que acontece. La duda ha quedado disipada y un universo de consciencia nos inunda para elevarnos un poco más. Desde este estado, ya atisbamos los cielos de la ascensión definitiva.
La iluminación nos alcanza cuando kundalini nos conduce con su cálido abrazo, sin encontrar resistencia alguna en su trayecto, hasta nuestro Padre. La Madre lleva a su hijo al encuentro del Padre. Kundalini ha sido llamada por los cristianos como el espíritu santo, pero sin duda es el aspecto femenino de la energía divina, la que nos cuida y protege. Cuando Kundalini se ha desatado por completo se produce una brisa fresca que nos inunda desde lo alto. También fue llamada como "viento de pentecostés" por los primeros cristianos, ya que decían que el espíritu santo se presentaba con viento y lenguas de fuego. Esto es natural, dado que la naturaleza energética de kundalini es el fuego purificador, y en su salida por el séptimo chakra se manifiesta con una suave brisa.
Cuando Kundalini (Espíritu santo), el Padre, y nuestro espíritu iluminado (el Hijo) se encuentran en las alturas, se produce una explosión de Luz. De manera que los cielos del entendimiento se abren para iluminarnos con la consciencia del Creador. Este es nuestro bautismo de fuego, el fuego de kundalini o espíritu santo.
"...Bautizado Jesús, salió luego del agua; y en esto se abrieron los cielos y vio al espíritu de Dios que bajaba en forma de paloma y venía sobre él. Y una voz que salía de los cielos decía: Este es mi hijo amado, en quien me complazco..."
Si uno de los chakras está obstruído, kundalini quedará atrapada en esta puerta. Sin embargo quedará ahí erosionando energéticamente este centro hasta que comience a abrirse. Cuando una nueva puerta energética se abre, kundalini nos traslada a un nuevo estado de consciencia, de manera que se establece en nosotros una nueva visión de la Realidad.
Existe un centro de energía que es fundamental para que definitivamente despertemos en consciencia de hermandad. Este punto de inflexión se ubica en el chakra situado a la altura del corazón (cuarto chakra). Cuando kundalini traspasa este vórtice de energía, nos inunda una sensación de seguridad y confianza que nos da crédito para iniciar cualquier cosa que nos planteemos. Pero sólo será posible a través del amor...
"...Sólo a través del amor será salvo el hombre..."
El quinto chakra vibra con velocidad para permitir el paso de kundalini cuando se establece la atención como testigo desapegado de cuanto acontece en la ilusión de la vida física. Es un salto importante a nivel de consciencia espiritual. Ya que ahora percibimos lo que es Real de lo que no lo es. Poco a poco el hombre ya no se ve como tal, sino como espíritu imperecedero. Se establece el Yoga o meditación contemplativa como motor de entendimiento.
El sexto chakra es la puerta final que nos conduzca al Reino de los cielos del que nos habló Jesús. Esta es su puerta estrecha, y sólo a través de él podremos aspirar a los cielos de la consciencia. Este centro de energía vibra con un movimiento ágil cuando el sujeto establece el perdón como moneda de cambio en todas sus acciones. Así, actúa sin esperar recompensa, y se perdona todo lo pasado. Es entonces cuando la misericordia se apodera de su espíritu para entender todo lo que acontece alrededor suyo.
Finalmente, kundalini atisba el fin del viaje, y nos conduce hasta la última puerta. Este último chakra necesita del reconocimiento sincero de Yo Soy el que Soy en nosotros. Además, de la entrega suficiente para entender que "Padre tú lo haces todo, en verdad yo no hago nada". Aceptándonos como divinos, al tiempo que nos entregamos al Creador, los cielos del entendimiento se abren para nuestro espíritu.
El hecho de que kundalini ascienda hasta el último chakra no es significativo de que la ascensión se haya completado, pues para ello todas las puertas (chakras) deben estar abiertas por completo, para permitir el paso de todo el torrente de kundalini, lo que supondría la iluminación del espíritu.
Aún así, se establece la realización del ser cuando kundalini alcanza el séptimo chakra, pues aunque levemente, tendremos retazos de la Realidad, que irán en la misma medida que el caudal de kundalini ascendente. En este estado se encuentra una gran parte de la humanidad encarnada, que requiere de trabajo meditativo para aliviar los bloqueos energéticos, así como de depuraciones de ciertos hábitos de comportamiento.
Un primer aviso de que el caudal de kundalini que traspasa el último chakra es significativo, sucede cuando se establece en nosotros la consciencia sin pensamientos. Es decir, de repente nuestra mente cesa su actividad, y es entonces cuando el espíritu nos habla desde el silencio establecido. El silencio se establece para trascender la mente.
Más profundamente, y con un caudal más amplio e intenso de kundalini alcanzando la séptima puerta, tras el silencio establecido aparece, para nuestra sorpresa, la consciencia sin dudas. Espontáneamente, kundalini nos eleva para interpretar todo lo que acontece. La duda ha quedado disipada y un universo de consciencia nos inunda para elevarnos un poco más. Desde este estado, ya atisbamos los cielos de la ascensión definitiva.
Cuando Kundalini (Espíritu santo), el Padre, y nuestro espíritu iluminado (el Hijo) se encuentran en las alturas, se produce una explosión de Luz. De manera que los cielos del entendimiento se abren para iluminarnos con la consciencia del Creador. Este es nuestro bautismo de fuego, el fuego de kundalini o espíritu santo.
"...Bautizado Jesús, salió luego del agua; y en esto se abrieron los cielos y vio al espíritu de Dios que bajaba en forma de paloma y venía sobre él. Y una voz que salía de los cielos decía: Este es mi hijo amado, en quien me complazco..."
Jesús no fue sólo bautizado con las aguas del Jordán, sino por el fuego del espíritu santo o kundalini. Alcanzó la iluminación en este momento, de manera que Padre, Hijo y Espíritu santo se encontraron...para ser Uno en Jesús.