Son muchas las enseñanzas producto de
canalizaciones espirituales que he ido adquiriendo a lo largo de los últimos años. En muchas de ellas se nos han dado una serie de directrices para encarar la existencia física con garantías, así como adquirir aptitudes que nos permitan ayudar a aquellos que se hayan en dificultades.
Por ello, vamos a ir ahondando en las mísmas, y primeramente voy a darles ciertas premisas de como debemos encarar las posibles
afectaciones espirituales con las que nos topemos a lo largo de nuestras vidas.
Para este fin nos adentraremos en canalizaciones de entidades de alto calado vibracional. Seres ascendidos que hacen uso de su maestría trasladándonos su cualidad más excelsa. Y sin más dilación, prosigamos este viaje de reencuentro con la divinidad...
"...Me habéis llamado y heme aquí, que he venido en vuestra ayuda. Yo Soy el caballero de la liberación. Libertad es mi nombre y a una llamada vuestra os asisto. Yo Soy la espada de la libertad. Espada que de un tajo firme y certero corta las cadenas que os mantienen atados y esclavos en la oscuridad de la tierra.
Miguel me llamáis. Llamadme y acudiré presto en vuestra ayuda. No temáis mal alguno porque os dotaré de la espada de la libertad. Tomadla y blandidla contra las cadenas de la inmundicia y la ignorancia que os mantienen atados a la tierra.
Todo espíritu tras el óbito debe seguir el camino y bajo ninguna circunstancia debe permanecer en la tierra bajo coacciones o engaños. Por esto que yo Padre, a tus pies, tu fiel servidor que blande la espada de la libertad, y por ésta que te representa establezco justicia entre aquellos que padecen tribulaciones.
Llamadme en primer lugar para que pueda brindaros mi espada, y así la libertad se establezca en vosotros y en aquellos desencarnados que se encuentran atados...".
Miguel es un espíritu de una magna y poderosa presencia. Su energía es la de un caballero medieval de elegante pero dulce presencia. Transmite una enorme seguridad al establecer justicia liberadora para todas las almas oprimidas. En nuestro caso, a través de él nos liberamos de las ataduras espirituales que nos mantienen oprimidos y desconsolados.
Se manifiesta con la apariencia de un hombre de unos 28 años, cabello ensortijado y rubio. Viste una falda azul con cota de mallas plateada y una larga capa de color azul. Porta una enorme y larguísima espada medieval que blande al cielo con su brazo derecho.
Llamemos siempre a la energía vibracional de Miguel a manifestarse entre nosotros, y hagamos ademán de que portamos su espada, que debe ser nuestra para cortar las cadenas de aquellos que se hayan atados a nosotros o a otros. Demos uno y mil tajos para liberar a los oprimidos.
"Yo Soy el huracán que irremisiblemente os conducirá a vuestro destino: aquellos de vosotros que queráis la libertad de la luz de Dios, de mi mano la obtendréis. Mas aquellos de vosotros que aún sabiendo que ya no contáis con libertad para manteneros en la tierra, aún cuando ya sois conscientes de que carecéis de cuerpo físico para moveros por la mísma y elegís permanecer en el error, seréis entonces arrancados y conducidos lejos de la tierra y de los que en ella viven por derecho, para ser conducidos a un sitio de oscuridad donde ya no podréis dañar a nadie más que a vosotros mismos.
Ahí permaneceréis hasta que la Luz del entendimiento se apodere de vosotros, y será entonces y sólo entonces que la cárcel de la ignorancia dejará paso a la libertad de la consciencia".
Nuestro hermano Zadquiel se presenta como un espíritu justiciero de enorme fortaleza. Le percibo como un joven de unos 25 años, de complexión delgada pero atlética. Su pelo es rizado y castaño oscuro. Sus facciones son las de un niño. Viste falda violeta, cota de mallas dorada, pulseras igualmente doradas y capa violeta. Sus ojos son de color violeta.
Durante su actuar se presenta como un enorme huracán de color violeta, donde él está en medio del mísmo, con la mano derecha apuntando a lo alto y la mano izquierda hacia abajo, todo esto con postura de estar realizando un esfuerzo titánico.
Debemos llamar interiormente a Zadquiel para que establezca justicia y arrebate a todas las almas ya liberadas previamente por la energía de Miguel, lejos de nosotros y de la tierra. De manera que contarán con libre albedrío para tomar el sendero de la Luz o por el contrario quedar aislados en la oscuridad de su error. Pero lo que sí es cierto es que ya no podrán seguir actuando a sus anchas en la tierra.
Como en el caso de Miguel, sintamos que su energía arrebatadora se apodera de nosotros, y que como un gigantesco huracán reconduce a estos
seres entorpecidos lejos al destino que éstos elijan, pero siempre lejos de este plano. Hagamos ademán de ser ese huracán, pongamos nuestra mano derecha hacia el cielo y la izquierda hacia el suelo y dejemos que Zadquiel actúe a través nuestro.
"Aquellos de vosotros que hayáis venido por actos de brujería, hechicería, magia negra, envidias, celos o budús...,yo os digo que a cada uno lo suyo. Así tomad lo que es vuestro porque Yo Soy la avispa que pica en la oscuridad y mi veneno es Luz.
Os envenenaré con mi presencia de manera que aquellos que contáis con conocimientos de lo espiritual y los utilizáis para dañar y esclavizar a otros, probaréis por tales actos vuestra propia medicina. Todo aquello que parta de vosotros vuelva a vosotros. El que siembre el mal, coseche el mal. Más pobres de vosotros porque no se os permitirá seguir obrando tales despropósitos sobre vuestros hermanos con la única finalidad de enriqueceros en la materia y en el poder.
Caiga sobre vosotros todo el poder derivado de vuestros actos para así cerrarse el ciclo de causa y efecto de manera inmeditata y definitiva".
Jaumiel se presenta como un poderoso mago que interpela entre nosotros y los brujos o hechiceros que realizan trabajos oscuros. Se manifiesta su energía estableciendo justicia, de manera que se invierta el flujo de la energía negativa producida por los practicantes del lado oscuro. De esta manera establece justicia y libera a los oprimidos por tales prácticas. Los brujos son presa de sus propios actos. Terrible y tortuoso será el debe de éstos, mas ineludible el pago.
Le percibo como un hombre de unos 35 años de edad, cabello largo y rubio, peinado con una raya al medio. De facciones nórdicas, sobre todo, por su tez blanca. Viste una armadura plateada y brillante muy ajustada al cuerpo, dejándole libre sólo sus manos y cabeza. Se manifiesta en el extremo de un túnel con sus brazos y palmas extendidas hacia nosotros, que estamos al otro lado del túnel.
Extendamos nuestros brazos y palmas al frente y llenándonos de su energía, sintamos como establece justicia invirtiendo el flujo de energía. Pronunciemos mientras "A cada uno lo suyo" y dejemos el resto a Jaumiel.
"Yo soy el exterminador, tras de mi ya no quedará nada. Llamadme en última instancia pues tras de mi no quedará piedra sobre piedra. Todo rastro de oscuridad quedará definitivamente aniquilado.
Cualquier signo de oscuridad que estuviere presente ante mi presencia sería definitivamente destruido. Yo destruyo para que tras las cenizas provocadas por mi paso queden cimientos sólidos para las construcciones de la Luz".
Anaquiel se manifiesta todopoderoso desde las alturas. Es un ángel exterminador que con sus brazos en alto hacia las estrellas, trae de éstas una poderosa energía que luego lanza contra la tierra produciendo una explosión seguida de una poderosísima onda expansiva que disuelve todo mal.
Le puedo percibir como un hombre de unos 40 años, de ojos color violeta oscuro, mirada intensa y firme. Flota en las alturas vistiendo una túnica color azul oscuro y con estrellas bordadas en la mísma, que le cubre todo el cuerpo, incluida su cabeza.
Durante sus acciones, alza los brazos mientras se materializa una poderosa bola de energía en sus manos, para luego lanzarla hacia el suelo mientras produce un poderoso grito ininteligible.
Es sin duda el último de los 4 guerreros celestiales al que debemos acudir para terminar un trabajo de disolución de afectaciones espirituales. No dudemos en llamarle para que su poderosa energía finiquite el trabajo de los 3 anteriores. Hagamos ademán de elevar nuestros brazos conjugando la energía de los astros y lanzándola contra el suelo, para luego extender los brazos en forma de cruz acompañando la onda expansiva de la explosión. Sintamos que tras esto ya nada quedará que nos importune por el momento.
Estos son los 4 guerreros de la Luz portadores de 4 cualidades divinas prestas a nuestro servicio. Llevo años valiéndome de su poderosa acción en pos de aquellos que sufren. Les hago partícipes de estas enseñanzas porque son patrimonio de todo ser creado.
Elevemos nuestra consciencia a través de la meditación, y llegado el momento en el que percibamos una afectación espiritual, no dudemos en llamar a manifestarse a estos poderosos hermanos de Luz.