Recuerdo aquella noche de verano de hace unos 20 años en la localidad norteña de La Punta del Hidalgo, donde contaba por aquel entonces con unos 20 años de edad. Dada mi extrema curiosidad por todo tipo de fenomenología paranormal, y compartiendo, en mayor o menor medida, la misma con un grupo de amigos, esa noche decidimos ir a esta playa, a altas horas de la noche para junto al imponente roque de Los Dos Hermanos y a pie de mar, contemplar el horizonte esperando...quien sabe qué.
Tras un largo rato en el que todos debatíamos sobre estos temas apasionadamente, de repente algo extraño sucedía, ya que una extraña sensación se apoderó de mí, me sentía embriagado, como drogado (aunque les puedo asegurar que jamás bebí o tomé algo que pudiera hacerme sentir así)...mis ojos se cerraban...pero qué es lo que ocurría. Intenté reaccionar girándome hacia mis amigos que sentados apoyados en los automóviles parecían dormidos, y me preguntaba ¿pero cómo es posible si estábamos conversando apenas unos segundos antes?... Ante esta situación, les grité, golpeé incluso, pero no reaccionaban...como digo era todo muy extraño...Fue entonces cuando una extraña esfera de luz azul-violeta llamó poderosamente mi atención en lo alto del Roque de Los Dos Hermanos... Era una esfera enorme de luz que estaba ahí junto a nosotros. La misma se movía lentamente desde detrás de esta montaña hacia arriba, dejándose ver por completo, para luego lentamente esconderse tras la montaña, para luego nuevamente emerger de la misma, y así sucesivamente durante un largo rato. No emitía sonido alguno, la luz era constante, y como dije era perfectamente esférica, de un hermoso color entre azul y violeta.
Era la experiencia de nuestras vidas, y sin embargo todos mis amigos estaban extrañamente inconscientes... resolví de nuevo golpearles, zarandeándolos, pero era inútil, no reaccionaban, estaban a mi modesto entender como drogados. Seguí intentando sin éxito hacer que despertaran mientras aquel aparato luminoso seguía allí, como esperando a que yo también cayera presa de esta extraña atmósfera de somnolencia...no sé el tiempo que se prolongó aquello, pero lo que sí sé es que no recuerdo nada más.
Despertamos al día siguiente, les conté vagamente lo que había sucedido, pero algo extraño pasaba, ellos parecían ausentes aún, y yo tampoco podía expresarme como puedo hacerlo ahora. Como dije, algo extraordinario pero lleno de un gran misterio.
Transcurrieron 20 años para que algo despertara dentro de mí, desde aquella misteriosa experiencia que había quedado semienterrada entre mis recuerdos. De repente sueños, pensamientos, que me conducían hacia aquel momento de nuevo, pero diferente, algo me decía dentro de mí, que aquello no había sido todo, y que era el momento de recordar, de revivir aquellos momentos.
Y así fue como decidí ponerme en manos de un psicólogo especialista en himnoterapia, y revivir aquellos momentos.
Pero esa es otra historia, una historia de revelación para toda la humanidad, que con gusto les contaré en breve.
