LOS BUSCADORES DE LA VERDAD
Soy consciente de todo aquello que me rodea, y me refiero a la vida tal cual tomamos la mayoría como cierta. Pues bien, ésta no es tal, sino una ilusión que hemos aceptado como una realidad. Estamos condicionados por lo que la mente interpreta en cada momento de nuestra existencia carnal. Por otro lado, la mayoría busca la justicia desde la óptica de una sola existencia física, ¿cómo es posible que estemos tan ciegos?.
La Justicia sólo puede observarse y manifestarse en el conjunto, y no en la individualidad de una existencia. Para evolucionar debemos reencarnar, y de esta suerte ir saldando deudas kármikas producto de las distintas acciones e interacciones acaecidas en tiempos pretéritos.
Para el que es capaz de ausentar la atención de la carne y del mundo material en general, empezará a interesarse por otros puntos de vista que se escapan a lo que en apariencia parece justo y certero. El buscador nace como producto de un estado evolutivo vibratorio que le ensalza a buscar un plus de Realidad.
En esos primeros años, el buscador se interesa por distintas filosofías y se presta a devorar toda clase de conocimientos que le conduzcan hacia aquello que ansía, pero que aún no adivina. Su espíritu comienza a vibrar y a pedir paso a base de empujones vibratorios, que por momentos le elevan a nuevos estados de consciencia.
Con el tiempo el buscador se adentra en la meditación o el Yoga como medio fundamental para alcanzar la meta, y que no es otra que alcanzar el conocimiento de la Realidad. La verdad parece esquiva pero, sin embargo, con entrega y constancia todo se dará. Importante es tener presente que todo aquel que busca, encuentra. Pero para encontrar, primero hemos de reencontrarnos.
La mente es inflexible en su dominio del espíritu encarnado, y la única forma de vencer este dominio es renunciando, jamás luchando. Pues la misma nos enviará pensamientos en forma de flechas que invadirán cualquier equilibrio que no tenga una base sólida sobre la que que sustentarse. Los pensamientos generan emociones o sentimientos debido a que la atención se dirige a tiempos futuros o pretéritos, por tanto, se produce un descenso vibratorio plausible.
Para enfrentar al poderoso arquero mental y sus incisivas flechas pensantes hemos, sin duda, de mantener la atención en el presente, pues este es el tiempo del espíritu. El espíritu no conoce de pasado ni de futuro, pues la Realidad es que sólo el ahora merece de la atención del espíritu. Así, el arquero saca sus flechas ante aquel que ha osado ignorarle e intentar salir del redil de su reino, mostrando toda su furia para no permitir tal traición.
Llegados a este punto, el fragor de la batalla se hace notar sobre el buscador, y es entonces que debe mostrarse sólido y constante, pues los ataques se irán recrudeciendo a medida que se acerque a la meta. Poco a poco, y con la práctica de la meditación y la actitud de rendición y entrega, los pensamientos irán cediendo para permitir que el silencio vaya tomando posiciones. Luego el presente se hace centro de atención del buscador para permitir que el espíritu se vaya manifestando.
Pero la mente no cejará en su empeño, así que no debemos bajar la guardia y permanecer atentos a los movimientos de la misma. Sigamos mirando hacia nuestro interior, pues es ahí donde hallaremos el camino que nos conduzca a la liberación. Y llegará el día en que la mente sea derrotada ante la ignorancia de aquel al que controlaba con sus feroces ataques. En ese momento, el silencio ya no abandonará jamás los territorios recientemente conquistados, y el buscador habrá ya reconocido la Realidad del espíritu, de manera que los sentidos ya no podrán seguir manteniendo el engaño y la ilusión de un mundo que no es tal.
Con la ausencia de pensamientos llega la ausencia de dudas, y entonces todas las ilusiones se disuelven para dar paso a la Verdad del espíritu liberto. Este buscador ya no seguirá buscando, pues se ha encontrado, y en el reconocimiento está la Realidad.
Desde otros planos, así como de otros mundos más evolucionados, me invitan a tomar posiciones en el conocimiento de la Realidad del espíritu. Toda la creación es una vaga ilusión de lo que subyace en ella, que es el Espíritu. Todo es espíritu y no mente como aparentemente parece ser. Para el que se ha reencontrado, esta nueva óptica cambia radicalmente su visión de la vida, y como me han mostrado nuestros hermanos extraterrestres, todo es energía, es decir, vibraciones.
Todo vibra, y con la capacidad para alterar las vibraciones llega la libertad para escapar al dominio de las mismas sobre nosotros. Cada mundo físico obedece a un estado vibratorio predominante, por lo que con la elevación por encima de éste, el sujeto escapa a las leyes naturales de este mundo, siendo capaz de obrar de manera extraordianaria. Este espíritu encarnado ya no pertenecerá más a este mundo vibratorio.
Será entonces que viviremos en la Realidad y no en la realidad ilusoria del mundo material. Viviremos como uno más, sin embargo, no estaremos sujetos al control de la mente. Nuestra existencia será de acciones derivadas de impulsos vibratorios que nuestro espíritu interpreta de manera inspirada en cada momento.
Los tiempos en que el buscador abandone la búsqueda para reencontrarse con su propia Realidad existencial han llegado. Nada queda ajeno a aquel que se reencuentra. Miremos hacia adentro, pues ahí se halla la Verdad. Cuando estemos en conocimiento de la misma, contemplaremos la Creación como un conjunto energético con distintos coloridos vibratorios. Todo es energía, somos energía, y esa es la Certeza del Reino.
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