Muchos de ustedes se han hecho esta pregunta antes, pero la han realizado desde la limitación de la mente, luego no podremos ver más allá de lo que nuestros sentidos físicos nos indican. Entonces necesitaríamos pruebas físicas fehacientes que nuestros sentidos palparan para que nuestra mente las interpretara.
La mayor parte de las veces no ocurre así, simplemente recibimos ciertos retazos de esa Realidad Espiritual, que nos hacen dudar, pero nuestra mente suele desecharlos por inconsistentes. Y así seguimos el ritmo irrefrenable que nuestro gobernador mental nos establece.
Existen ciertas personas en el mundo, que cuentan con la habilidad de dejar a un lado los condicionamientos de la mente y adentrarse en nuevas percepciones de lo que nos rodea, y este es mi caso. Como yo hay muchos en el mundo, sólo que muchos de ellos permanecen en el más absoluto anonimato, o pasan desapercibidos, porque para nuestros gobernadores mentales no merecen de atención.
Sin embargo, los tiempos que se avecinan son proclives para que las conciencias se eleven por encimas de las mentes y la Realidad se haga patente y manifiesta para todos. Puedo decirles que la realidad física que todos damos por supuesta, es simplemente un reflejo grosero de la verdad que subyace en todos nosotros. Para los que tenemos la suerte de ver más allá, contemplamos la vida de otra manera. Ya que la Realidad que contemplo me llena de gozo y esperanza.
Somos sin duda Espíritus en su manifestación más sutil de la Realidad global de nuestra existencia. Espíritus que no conocen de la vida y de la muerte...Sí, somos eternos...es sólo la parte más grosera de nuestra existencia la que perece una y otra vez, como si de un traje se tratara. Contamos con innumerables vidas físicas con un fin, y que no es otro que nuestra evolución y ascenso espiritual.
Resumiendo, somos espíritus, que tomamos una existencia física por conveniencia del mísmo, y siempre bajo la supervisión de otros más elevados que nosotros. Cuando esta existencia física llega a su fin, tomamos de nuevo consciencia de nuestra Realidad Espiritual. Hacemos balance de esta vida física y seguimos adelante.
El alimento de nuestro espíritu es la oración, la meditación y en mayor medida la contemplación. Todos podemos ponerlas en práctica, y así dar alimento a nuestro espíritu para que se manifieste y nos muestre el camino justo y correcto, que puede ir en contraposición con lo que nuestro gobernador mental nos indique.
Deben tener presente que somos espíritu y no mente o carne, puesto que estos son una mera ilusión pasajera que no debe condicionar el reconocimiento de la Verdad Espiritual que somos.
Oremos para los menos avezados, luego con el tiempo meditemos más en profundidad, en silencio. Para que al final los más avezados en la práctica espiritual realicen una contemplación. Aquí la mente ha quedado ya a un lado, de manera que los pensamientos que nos embargan a diario, tanto pretéritos como futuros queden sin atención, mostrándose entonces el silencio del presente. Es entonces y sólo entonces cuando adquirimos consciencia de la Realidad Espiritual sin pegas ni cortapisas. Habremos vencido entonces al gobernador de La Tierra, que no es otro que la mente.
Les invito a que pongan en práctica estas indicaciones, porque es tiempo de vivir la Realidad que somos.
Con este relato parece que veo cada vez mas creibles las teorias filosóficas que estudie en mi etapa universitaria, cuando muchos pensadores aseguraban que no éramos mas que ESCLAVOS DE NUESTROS SENTIDOS, que éstos no nos permitían ver la verdadera esencia de las cosas...quizás muchos de ellos, hace cientos de años no iban tan mal encaminados.
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