Según la frecuencia vibratoria de la energía que fluye por los distintos chakras, así habrá un mayor o menor flujo de kundalini a través de éstos. De igual manera, este estado energético de nuestros chakras, así como las energías de los canales izquierdo (tamásicas) y derecho (rajásicas) de nuestro sistema sutil, producen un conjunto energético vibratorio que es único en cada individuo.
Este estado vibratorio fluctúa continuamente en todos los individuos, ya que nuestras energías están en una continua interacción y evolución. Por otro lado, aquellos que aún sigan con su atención en los sentidos mundanos, sus energías se moverán entre los canales izquierdo y derecho del sistema sutil. Es decir, estará sujeto a los extremos energéticos y, por tanto, sus vibraciones variarán más abruptamente que aquellos que cuenten con cierto equilibrio y su atención estén en la meditación y el camino de la moderación ajeno a los extremos dominantes en este plano carnal.
Así, cuanto mayor sea la evolución del espíritu, mayores serán sus vibraciones, pero las fluctuaciones de las mísmas serán casi insignificantes, es decir, se mueve pero al mismo tiempo presenta estabilidad. Todo lo contrario que en la mayor parte de la humanidad, sus vibraciones son escasas, pero presentan, sin embargo, una gran inestabilidad.
Con todo esto pretendo llevarles a entender la disposición visual de la conformación energética de nuestro ser, o comúnmente llamado aura. Cada individuo presenta su propio aura, que como he descrito antes, es el resultado de las vibraciones energéticas derivas de nuestro sistema sutil. Para aquellos que puedan percibir estas energías, observarán que de los chakras surjen energías que presentan distintas tonalidades, y que se van entremezclando con las de los canales energéticos, produciendo un cóctel de colores único o aura.
El color de cada chakra es fruto de la actividad vibratoria que presentan la energías en su paso por estos centros. Las disposiciones serían las siguientes:
Como ya hemos tratado, el canal izquierdo se mueve por los deseos y sentimientos y nos traslada al pasado; y el derecho por los pensamientos y la acción y nos traslada al futuro. De esta forma, cuando pensamos en el futuro o actuamos sobremanera se produce una energía activa de color amarillo, y en el caso de tener la atención en el pasado o mostrarse demasiado sentimental, las energías se ralentizan en su vibración y se tornan azul oscuras.
Así se forma el aura de un individuo, y en el caso de los menos evolucionados, el colorido será mayoritariamente el de las energías de los 3 chakras inferiores y los 2 extremos energéticos. En el caso de individuos con más evolución, el aura será más extensa en colorido.
También es muy importante tener en cuenta las interacciones energéticas con otros focos vibratorios, ya que se producen intercambios de energías entre individuos o lugares con cargas energéticas a considerar. Las interacciones entre focos vibratorios se producen a diario en nuestro discurrir vital, y según sea el caso, el resultado es un cambio plausible en el aura. Por tanto, el aura está en continuo cambio, pues nada permanece inmóvil, todo vibra y se transforma.
El aura de un individuo evolucionado manifestará pocas oscilaciones de colorido debido a que es menos propenso a las afectaciones vibratorias procedentes de otros focos. Igualmente, si practica la meditación contemplativa de manera asidua dotará de un gran brillo al conjunto del aura. Podemos así decir, que el aura de un ser evolucionado manifiesta un colorido diverso (por la actividad de los 7 chakras) y brillante (por actuar la kundalini en el canal medio de la moderación y la evolución). Y el color que predomine sobre el conjunto será aquel que manifieste la cualidad más elevada de este individuo.
Es hermoso observar el aura , sin embargo, no es importante ni determinante para nuestro discurrir evolutivo. No debemos alejar nuestra atención de lo que realmente la merece. Meditemos y entreguemos el resultado de esta acción a nuestro Padre y kundalini, para que nos muestren sólo aquello que sea necesario para nuestro crecimiento. Olvidemos los elementos artificiosos que tanto gustan a nuestros sentidos físicos y centrémonos en el camino de la moderación. El resto se dará por añadidura sin que lo esperemos.
El color de cada chakra es fruto de la actividad vibratoria que presentan la energías en su paso por estos centros. Las disposiciones serían las siguientes:
- En el caso del primer chakra, el color sería el rojo en sus distintas tonalidades.
- En el caso del segundo chakra, el color será el naranja y tonalidades del mísmo.
- En el caso del tercer chakra, el color será el amarillo y sus distintas tonalidades.
- En el cuarto chakra, el color será el verde y tonalidades del mísmo.
- En el quinto chakra, el color será el azul y tonalidades de éste.
- En el sexto chakra, el color es el violeta y sus tonalidades.
- En el séptimo chakra, el color lo define la naturaleza predominante del indiviuo en cuestión.
- En el canal izquierdo, el color producido es el azul oscuro.
- En el canal derecho el color es el amarillo oscuro.
Como ya hemos tratado, el canal izquierdo se mueve por los deseos y sentimientos y nos traslada al pasado; y el derecho por los pensamientos y la acción y nos traslada al futuro. De esta forma, cuando pensamos en el futuro o actuamos sobremanera se produce una energía activa de color amarillo, y en el caso de tener la atención en el pasado o mostrarse demasiado sentimental, las energías se ralentizan en su vibración y se tornan azul oscuras.
Así se forma el aura de un individuo, y en el caso de los menos evolucionados, el colorido será mayoritariamente el de las energías de los 3 chakras inferiores y los 2 extremos energéticos. En el caso de individuos con más evolución, el aura será más extensa en colorido.
También es muy importante tener en cuenta las interacciones energéticas con otros focos vibratorios, ya que se producen intercambios de energías entre individuos o lugares con cargas energéticas a considerar. Las interacciones entre focos vibratorios se producen a diario en nuestro discurrir vital, y según sea el caso, el resultado es un cambio plausible en el aura. Por tanto, el aura está en continuo cambio, pues nada permanece inmóvil, todo vibra y se transforma.
El aura de un individuo evolucionado manifestará pocas oscilaciones de colorido debido a que es menos propenso a las afectaciones vibratorias procedentes de otros focos. Igualmente, si practica la meditación contemplativa de manera asidua dotará de un gran brillo al conjunto del aura. Podemos así decir, que el aura de un ser evolucionado manifiesta un colorido diverso (por la actividad de los 7 chakras) y brillante (por actuar la kundalini en el canal medio de la moderación y la evolución). Y el color que predomine sobre el conjunto será aquel que manifieste la cualidad más elevada de este individuo.
Es hermoso observar el aura , sin embargo, no es importante ni determinante para nuestro discurrir evolutivo. No debemos alejar nuestra atención de lo que realmente la merece. Meditemos y entreguemos el resultado de esta acción a nuestro Padre y kundalini, para que nos muestren sólo aquello que sea necesario para nuestro crecimiento. Olvidemos los elementos artificiosos que tanto gustan a nuestros sentidos físicos y centrémonos en el camino de la moderación. El resto se dará por añadidura sin que lo esperemos.
Hola Carlos, me ha gustado mucho el artículo. Dicen que dentro de poco los 7 chakras principales que tenemos se convertirán solo en tres. Sabes algo de esto?
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