No necesitáis buscar para Ser. No necesitáis pensar, imaginar, concretar o precipitar para encontrar. Todos los esfuerzos que emprendéis, en la gran mayoría de los casos, carecen de sentido espiritual, aún cuando vuestra mente interprete lo contrario.
Depositáis energías derivadas de determinados esfuerzos de atención reiterativos en el tiempo sobre ciertos aspectos que, si por un breve instante fuerais conscientes desistiríais de los mismos. Conozco de la buena intención de muchos buscadores de la Verdad, mas sabed que por más ahínco que pongáis en ello, la resulta no os conducirá a la Verdad en sí misma.
La clave a todo este torrente de energías que se pierden en el anonimato por falta de concreción en un objetivo sólido y Real, está evidentemente en la atención. Si vuestra atención no encuentra un objetivo certero a nivel espiritual que merezca el que depositéis todas vuestras energías en él, ¡cuánta energía desperdiciada inútilmente!.
No debéis confundir la fe que depositáis sobre un maestro, un líder religioso, un ser especial, una causa espiritual o cualquier otro aspecto de este mundo con la Verdad del Camino espiritual. Todos somos parte de un Todo indivisible, donde los unos nos apoyamos en los otros a través de distintos y variopintos intercambios vibratorios para crecer, luego el Camino es el mismo a recorrer por cada uno de nosotros ya que formamos parte de un conjunto vibratorio indivisible.
Dentro del Todo nada es especial por sí solo, pues nada puede Ser sin el conjunto. Por esto, todo maestro que ha alcanzado la sabiduría del conocimiento y entendimiento del Camino observa que su energía se fundamenta e integra en el conjunto vibratorio del Todo.
Desde esta observación que se deduce de una práctica contemplativa donde la atención sí se ha establecido en la propia Realidad del espíritu que somos como individuos y al mismo tiempo como una comunidad vibratoria, comúnmente llamada Todo o Dios o Alá, el maestro se reconoce como tal y por ende acaba amando a cuanto le rodea por ser parte de sí mismo.
Las liturgias y distintos ritos religiosos son meros condicionamientos mentales que os limitan en vuestro andar hacia horizontes de Realidad más certeros y prósperos para el crecimiento de vuestro espíritu. Si ponéis barreras mentales que os impongan metodologías de trabajo forzadas por la voluntad, en verdad que seréis como pájaros enjaulados, pues el espíritu debe moverse con libertad más allá de la irrealidad de este mundo carnal.
Si hay mente no hay espíritu, luego la atención debe depositarse en este último para que pueda manifestarse la Verdad de cuanto sois y cuanto os rodea que, por otra parte, no es más que una prolongación de vuestras propias vibraciones.
Debéis entregaros a la práctica contemplativa ajena a cualquier condicionamiento. Además, no deberéis sentiros especiales o más o menos importantes con respecto al resto de vuestros hermanos, pues esto es un error derivado de la falta de entendimiento del discurrir funcional de la Creación.
El primero y el último van de la mano a nivel evolutivo, pues como os he adelantado todos somos Uno en el Todo. A más elevación espiritual mayor será el grado de entendimiento del discurrir natural y espontáneo de las energías y, por tanto, mayor será el amor para con aquellos que aún friccionan con las mismas.
Sin duda, el amor es el motor del Todo, pues todas las energías se movilizan en su continuo e ineludible discurrir por y para la evolución del individuo como parte del conjunto.Si usted se siente sólo o incomprendido, sepa que esto no obedece a una Realidad espiritual, pues de cierto es que el espíritu que se encuentra entiende que sus energías van de la mano de otras con las que interactúa a diario. Luego ¿dónde está la soledad?.
Yo Soy tú, mas tú debes ser Yo. Este es el principio del reencuentro, donde el yo se encuentra con su propia naturaleza espiritual, manifestándose la grandeza del Yo. Este Camino sólo es recorrido por aquellos que se entregan libres de condicionamientos a la práctica contemplativa, donde las acciones y reacciones consiguientes sufren un quebranto definitivo. Es entonces que la mente cesa para dar cabida al vuelo del pájaro espiritual.
¿No cree usted que es tiempo de excarcelar su propio espíritu?.. Sepa que todos somos parte de un conjunto inequívocamente avocado al reconocimiento y el entedimiento, pues así está orquestada la Realidad vibratoria de la Creación. Ningún espíritu como foco vibratorio puede vivir inconexo de la Realidad del Todo, lo único que ocurre es que presa de la interpretación de la mente su rango interpretativo se vea someramente condicionado para ser consciente de la Realidad en sí misma.
Reflexione, medite, contemple, observe y lo demás carece de importancia por intrascendente para el Camino que todo individuo debe emprender antes de tener consciencia de conjunto. Lo uno va seguido de lo otro, por eso es fundamental que su atención esté en ello y no en lo otro.