Continuando con el camino que hemos emprendido, en lo que respecta a la disolución de un posible quebranto espiritual, llegamos al punto en el que un nuevo maestro ascendido nos transmite las vibraciones necesarias para concluir el trabajo con éxito en última y definitiva instancia más allá de cualquier condicionamiento mental.
Para ello habremos de haber aparcado definitivamente cualquier signo de inquietud mental que pudiera sacarnos del Camino de paz y certidumbre que se abre ante nosotros de la mano del maestro Buda.
Buda transmite vibraciones de paz, armonía y maestría. Con ellas emprendemos un viaje definitivo hacia la libertad, y de esta suerte todo signo de oscuridad y apariencias queda definitivamente disuelto.
"Adentraos en la quietud de vuestro espíritu, pues aquel que observa con paciencia es reconfortado con la dicha del reconocimiento".
"En el camino hacia el reconocimiento se debe obrar con moderación en los distintos aspectos de la energía que conforma vuestra naturaleza vibratoria. Así, cuerpo, mente y espíritu deben moderarse para manifestar la divinidad".
"La mente no debe ser óbice par que meditéis observando los distintos y variados movimientos de las energías, de su origen, sentido y finalidad".
"Yo Soy la paz que sobrecoge al espíritu que despierta a su propia naturaleza sin la adulteración de la carne y la mente. Yo Soy la divinidad del espíritu despierto".
"Llegar hasta mí es sencillo para aquel que desapegado y moderado en sus acciones se ha vencido a sí mismo sin entablar batalla alguna. Mas para aquellos que luchan enconadamente, mi naturaleza les será esquiva".
"Sólo el que se entregue sin oponer resistencia estará en el Camino que conduce a la libertad. Tan solo debéis observar, que la quietud os será entonces compañera. No obstante, el gran ilusionista de este mundo carnal enviará sus mejores tropas al campo de batalla para sofocar la rebelión".
"El ilusionista es la mente; el campo de batalla será la situación vibratoria en la que te encuentres; los pensamientos serán las poderosas tropas que implacablemente intenten someterte".
"En el fragor de la lucha siempre el gran ilusionista saldrá victorioso pues en su campo de batalla juega con la ventaja de la invencibilidad. Por eso todo aquel que opone resistencia perece por incauto y es sometido a la tiranía de la mente".
"Sólo aquel que se vence a sí mismo fruto de la entrega y la observación, eleva sus vibraciones para establecer un campo de batalla donde el gran ilusionista mental juega en franca desventaja".
"La atención continuada en este estado de quietud y moderación produce un asentamiento vibratorio que se manifiesta con los primeros síntomas de la libertad en este mundo de ilusiones".
"El despertar se produce en distintas etapas de la observación contemplativa, la consciencia se magnifica para abrir una puerta que ya no podrá ser cerrada jamás".
"Los murmullos de la mente cesan en los albores de un nuevo amanecer de consciencia. Más adelante la certeza se establece para disolver cualquier atisbo de duda. Finalmente la contemplación atenta y entregada nos conduce a la Iluminación".
"Yo Soy el despierto, el Buda".