Todos los que convivimos en este planeta estamos sujetos a un sinfín de circunstancias donde unos concurrimos con los otros de manera genérica e ineludible. Estas circunstancias personales, tienen siempre un propósito justo, y que no es otro que el de que crezcamos a través de las experiencias.
Importante es que despertemos en consciencia para observarnos como lo que somos, es decir, espíritus que concurren con otros para saldar deudas contraídas y someterse a nuevas pruebas que le impulsen a nuevos horizontes de Realidad.
La vida carnal es necesaria, y no debemos despreciarla o ningunearla, todo lo contrario, el buscador que toma consciencia y despierta para observarla, debe responsabilizarse de sus movimientos y tener compasión y amor desinteresado por aquellos hermanos que aún son presa de la mente y la carne.
La vida carnal no es fácil, pero sí es absolutamente justa, no dude de ello, de que todo lo que acontece en su vida y en la de aquellos que le rodean es la que merecen y necesitan. Y, para ser justos, antes de reencarnar en este mundo aceptaron someterse a las circunstancias que ahora mismo concurren en sus vidas.
La vida carnal es hermosa cuando se la comprende, cuando desde la libertad se la observa y acepta como necesaria e ineludible. Vivamos este sueño que es la vida carnal para crecer en el conocimiento de las energías que conforman la Creación.
Por tanto, las emociones, los pensamientos, no son más que circunstancias vibratorias que se nos presentan para que nuestro espíritu pueda crecer. ¿Debemos entonces apegarnos a las mismas o simplemente ser conscientes de para qué se nos presentan?.
Sepa que la vida carnal es sólo un sueño que en ocasiones pudiera tornarse en pesadilla, pero que en Realidad no son más que apariencias desde el punto de vista espiritual. Las energías toman formas muy dispares para que las circunstancias necesarias sean las óptimas.
Debemos aquietarnos para meditar de manera contemplativa el devenir de los acontecimientos carnales, pues obedecen a un propósito espiritual, y es ahí donde debe estar nuestra atención, y no en las energías mentales o emocionales que se generen de las distintas fricciones vibratorias.
Les dejo unas palabras de Jesús...
"La paz sea con todos, amados hermanos..."
"Hágase la paz en todos vuestros espíritus, pues de cierto es que al abrigo de la Verdad sólo esto sois en Realidad. Soléis significaros en lo que la mente y las emociones os dictan, desdeñando lo cierto de vuestro espíritu, con lo que quedáis como un navío sin gobierno, presa de los elementos".
"Amad la morada de vuestro espíritu, pero amad más aún el espíritu que sois, pues si así no fuera, ¿que sentido tendría?".
"La meditación dará gobierno a la nave de vuestro espíritu, de manera, que aún sin proponeros fin alguno, sabréis a donde ir, porque la Verdad no viene de un pensamiento, la Verdad no viene de un razonamiento, de cierto es que la Verdad sobreviene sin más porque certeza es para todo espíritu libre".
"No busquéis en tierras lejanas lo que es cercano, no busquéis en textos o referencias históricas lo que ya lleváis impreso, no os sometáis a maestro alguno porque la maestría debe brotar de vuestro espíritu. El que dice saber, en verdad que aún no sabe, por eso el Maestro que despierta, sin saber dice y sin decir sabe".
"Proponeos quietud y paciencia, que de la mano de la atención os proporcionarán la lumbre necesaria para que el Camino os sea claro y diáfano. Si llenáis vuestras alforjas de esto, en verdad que nuevos horizontes se abrirán ante ustedes".
"Nada está tan lejano ni tan cercano, sólo es cuestión de donde esté posicionada vuestra atención. Este es, sin duda, el cáliz de vuestras vidas".
"Quedad en paz hermanos".