
Es absolutamente prioritario que usted ponga la debida atención en aquello que la merece, que no es otra cosa que la única e innegable Realidad del espíritu imperecedero. Más allá de esto nada cabe por incongruente.
Hasta ahora usted basaba todas sus apreciaciones en aquello que la mente interpretaba por causa de los sentidos, ahora bien, ¿y si yo le dijera que los mismos...