Como ya hemos tratado en otros artículos anteriores, toda la Creación es energía viva, que en sus distintas manifestaciones, más o menos sutiles, se muestra con un muy variado colorido vibratorio. De esta manera, todos los seres del Universo estamos en continua interacción con todo aquello que nos rodea.
Así, a lo largo de nuestras vidas carnales somos continuamente movidos por tendencias vibratorias con distintos grados de sutileza, y más o menos perceptibles por el sujeto en cuestión. Estas tendencias vibratorias son acumulaciones energéticas producto de un mismo modo de obrar o pensar y, la mayor parte de las veces, originada por varios focos emisores.
Así, a lo largo de nuestras vidas carnales somos continuamente movidos por tendencias vibratorias con distintos grados de sutileza, y más o menos perceptibles por el sujeto en cuestión. Estas tendencias vibratorias son acumulaciones energéticas producto de un mismo modo de obrar o pensar y, la mayor parte de las veces, originada por varios focos emisores.
Para concretar un poco más y poniendo para ello un ejemplo práctico, supongamos a un nutrido grupo de individuos que comparten una afición común, como bien podría ser el de ser fans de un mismo club de fútbol u otro deporte cualquiera. Y pongamos que se produce un encuentro deportivo con otro club que igualmente cuenta con su propio grupo de aficionados. Pues bien, cada individuo produce un torrente vibratorio como resultado de las emociones, de las palabras que pronuncia, de las acciones que emprende y de los pensamientos que genera. Este torrente vibratorio se suma al del resto de seguidores del mismo club, lo que genera un gigantesco foco vibratorio que cuenta con un colorido muy peculiar que llamaremos tendencia energética.
Así, se produce un choque frontal entre dos tendencias energéticas contrapuestas. Y por esto, siempre estamos siendo empujados de un lado a otro por estas energías de asociación, sin que la mayor parte de las veces seamos conscientes en modo alguno. ¿Quién no se ha sentido arrastrado por las masas cuando hay una energía dominante muy marcada?. Esto es porque todo es energía, y nosotros somos pura energía concretada en distintos grados de sutileza pero con un colorido característico, que según discurra nuestra vida irá cambiando de color de manera que sintamos afinidades por unos u otros según sea el caso.
La sociedad suele moverse por tendencias, donde unos pocos arrastran al resto sin que éstos sean conscientes de ello. Así, diariamente nos vemos sumidos en un proceso de continuos bombardeos energéticos de toda índole, a través de la prensa, la televisión, la radio, los espectáculos, la moda, la publicidad...¿Y por qué ocurre esto?, pues simple y llanamente porque somos presa de los sentidos y de la mente. Especialmente de la mente, pues un pensamiento llama a otro pensamiento de su misma naturaleza vibratoria, pues toda la energía discurre por asociación. De este modo, un pequeño pensamiento puede derivar en un gigantesco foco vibratorio que establezca una tendencia irrefrenable para muchos que permanecen ignorantes a la Realidad.
Es el momento de que miremos hacia adentro, que meditemos contemplativamente para escapar a la ilusión arrebatadora de las tendencias energéticas que nos conminan a desviar la atención hacia aquello que carece de sentido para el espíritu. Seamos nosotros focos emisores de energía de mayor calado vibratorio, de mayor sutileza y de más hermoso colorido. Estas vibraciones originadas por la contemplación, buscarán igualmente y como es natural otras de similares características para asociarse, lo que derivará en una tendencia.
Sin embargo, estas tendencias de mayor sutileza vibratoria cuentan con un poder infinitamente más versátil que las derivadas de procesos mentales, puesto que éstas últimas son más densas y compactas debido a la menor frecuencia de sus vibraciones. Y obtenemos que a mayor frecuencia vibratoria habrá mayor amplitud y alcance de las mismas. Sumemos entonces vibraciones de Luz a este mundo para que podamos apagar esas tendencias vibratorias mentales que se mueven por el planeta buscando nuevas sociedades que las engrandezcan y así poder continuar con el entorpecimiento de las masas ignorantes.
Debemos escapar de la ignorancia, ¿pero cómo, se preguntarán?. Pues poniendo la atención en el interior, meditando y entregándonos al resultado de esa práctica. Teniendo en cuenta que la mente y el cuerpo son ilusiones pasajeras que nada tienen que ver con lo que somos en Realidad, es decir, espíritu. Y siendo conscientes de que un sólo pensamiento en el que pongamos la atención puede ser el anzuelo perfecto para que seamos izados hacia el entorpecimiento y devorados por las distintas tendencias vibratorias que se mueven por doquier.
Para que no seamos presa del "pescador mental" que pulula por este mundo con absoluta impunidad, que por otra parte es necesario para nuestra propia evolución espiritual, debemos abstraernos de pensar ¿y cómo se hace esto?, pues con dedicación diaria a la práctica meditativa profunda o contemplación sin reaccionar en modo alguno a los estímulos externos físicos y/o mentales. Es la única opción que existe, pues mientras nos movamos a nivel mental seremos susceptibles de ser "pescados" y arrastrados por unas u otras tendencias vibratorias.
Jamás deberemos enfrentarnos a una tendencia vibratoria, pues el resultado de este choque es totalmente incierto, y podría entrañar riesgos significativos a distintos niveles de sutileza. A lo largo de los siglos han venido sucediéndose distintos enfrentamientos entre estas asociaciones energéticas, dando como resultado distintas guerras y atrocidades casi incomprensibles. Pero sí que entendibles dado que la tendencia vibratoria reinante en esos momentos se torna casi irresistible, y te puede arrastrar a cometer auténticas barbaridades si te sigues moviendo a un nivel mental.
Abstengámonos de ello, y pongamos la atención en sumar vibraciones de alto calado vibratorio que estimulen la asociación con otras de un mismo colorido. Este es el camino, el de sumar y no el del enfrentamiento. El que mira hacia adentro y se reconoce tras la quietud mental, establece la atención en la Realidad del espíritu. Y de esta suerte ya las tendencias energéticas reinantes, aún siendo mayores y en apariencia más poderosas y nutridas por distintos focos vibratorios, no tendrán donde asirse para arrastrar al no-pensante o realizado.
En la quietud de la mente está el primer peldaño hacia el entendimiento del funcionamiento de la Creación, pues hasta entonces el atisbo será pobre e incompleto por proceder de estímulos mentales.
No se deje arrastrar por las tendencias aparentemente poderosas de la "razón mental" y ensanche sus miras por la práctica contemplativa "no-mental" que le conduzca a la libertad como individuo, y a la suma de una tendencia vibratoria de Luz para este planeta. Sumérjase en la quietud y no en la autocomplacencia mental. No se enfrente a aquellos focos o tendencias vibratorias que aparenten razón entre sus partidarios y abandónese a la práctica meditativa que le llenará de la quietud necesaria para que la luz del entendimiento le guíe por el justo camino. Recuerde que debe sumar, pues este es el camino que nos legaron el Maestro Jesús y tantos otros, y jamás, oiga bien, jamás debe enfrentarse frontalmente a estas tendencias, pues si no se está fino en la quietud puede ser arrastrado por las mismas.
Que la luz nos ayude a ver el camino, y que tengamos el coraje de caminarlo.
ResponderEliminar¿ y si mi camino eres tú?
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