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domingo, 27 de octubre de 2013

Angeles y demonios, el discernimiento de la Realidad




 
   En toda observación mental se establece una dualidad que hace que la Realidad espiritual como tal quede absolutamente desvirtuada, donde todo lo creado se identifica como bueno o, por el contrario, malo. Así, desde la limitada óptica mental, se establecen estructuras y leyes que delimitan ambos mundos como intransigentes los unos con los otros.

   Pero lo cierto es, hermanos míos, que ni la bondad ni la maldad son realidades cuntificables, caminos identificables o metas alcanzables. Ni ángeles ni demonios son propietarios en modo alguno de unas u otras esferas. Sí, cierto es que bien y mal son estados absolutamente complementarios en todo proceso de aprendizaje. Lo uno va de la mano de lo otro, pero ni unos son buenos ni otros son malos.

   El que aún tiene limitado su campo de visión para la comprensión de los acontecimientos vibratorios que se vienen sucediendo en nosotros y alrededor nuestro, ve y, automáticamente, establece mentalmente juicios de valor que desvirtúan totalmente la Realidad.

   El bien y el mal se suceden entre sí como parte de un Todo absolutamente preciso y perfecto, donde todas las partes son absolutamente necesarias y preciosas. Nada de lo que acontezca en la Creación debe ser despreciado por el Sabio Maestro que ha despertado de la ignorancia de la mente.

   Cuando despertamos a la paz mental, entonces el espíritu se ve capaz, por fin, de escrutar la Realidad para así, ser consciente de la misma. Todos somos hermanos indivisibles en un Todo excelso e inescrutable.

   Sin embargo, la inmensa mayoría de la humanidad encarnada o desencarnada vive aún sujeta a los pares de opuestos, cielo e infierno, ángeles y demonios, bien y mal. Para ser libres y entender el funcionamiento de nuestro propio ser y, por ende, de todo aquello que nos rodea, debemos meditar contemplativamente ausentándonos de todo juicio de valor ante el devenir de los acontecimientos.

   El Sabio que despierta, observa y, con ello, aprende sin que su mente le perturbe en modo alguno. La Realidad es la certeza que se esconde tras la mente y, sin embargo, para ser consciente de la misma se la debe obviar.

   Nadie es más importante que el resto y mucho menos mejor o peor, tan sólo somos lo que somos en cada momento como resultado de un cúmulo de interacciones vibratorias que producen tal efecto pasajero. Pero no somos esto en modo alguno, lo que somos es el conjunto de todo aquello que fuimos y que ahora se ve reflejado.

   Con el cambio de nuestras acciones, modificamos nuestro reflejo. Somos lo que hemos sembrado. Pero para ser conscientes de ello sin recurrir a la mente, debemos someternos al rigor paciente y constante de la meditación contemplativa, donde a través de la observación arreactiva incoamos nuevos horizontes de Realidad.

   Observe sin friccionar, déjese llevar, no espere resultados algunos, tan sólo láncese al Rio de la vida espriritual que fluye en la Creación para que este le muestre El Camino...
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sábado, 9 de marzo de 2013

FRASES DE SABIDURÍA FRUTO DE LA CONTEMPLACIÓN



Playa de La Tejita en Tenerife copyright Carlos García Gil



   Si somos capaces de contemplar sin reaccionar de manera continuada en el tiempo, podremos acceder a estados de consciencia más profundos y certeros que nos acercarán a la Verdad. Es entonces que la sabiduría nos será revelada para ganar en libertad interpretativa. Así, les dejo estas palabras...

   "No se concibe el entendimiento a través de la actividad, sino a través del cese de la misma".

   "La estimulación de los sentidos oscurece la lectura fehaciente de aquello que acontece".

   "El que busca lo profundo jamás encuentra hasta que cesa en la búsqueda".

   "La adversidad manifiesta es sinónimo de espesura interpretativa por el arraigo de los sentidos".

   "El raciocinio parece ser la solución a todos los males del mundo, mas de cierto es que sólo lo aparenta".

   "El pobre sufre por su desgracia, el rico se alegra por su dicha, mas desde el espíritu tanto el pobre como el rico son esclavos del karma".

   "Las diferencias entre los hombres son obvias para los sentidos y los juicios se hacen entonces notorios, sin embargo, para el sabio que se ha ausentado de los sentidos no encuentra diferencia alguna y, por ello, no emite juicios".

   "En la quietud de la mente comienzan a gestarse las bondades del Ser".

   "Todo hombre es esclavo de sus obras y, para ello, se prueba una y otra vez hasta que quede liberto de las mismas".

   "Sensaciones, emociones y pensamientos son, sin duda, sinónimos de estrechez y desasosiego".

   "Un hombre carece de visión para interpretar hasta que sus ojos le son arrancados a través de la meditación".

   "El que interpreta a través de los sentidos se equivoca en mayor o menor medida, pero se equivoca".

   "El que sigue los dictados de la mente es esclavo de este mundo".

   "El sabio que medita observa paciente y deja que todo siga su curso".

   "El sabio se convierte en tal cuando la mente le es arrebatada, entonces, sin jactarse de ello, acomete la interpretación de las energías sin grilletes que le coarten".

   "La carne es un mal necesario para que el espíritu pueda saldar sus deudas".

   "El que cree conocer la Verdad y se jacta de ello, en verdad es que vive ausente de la mísma".

   "Si la mente habla, el corazón siente, sin embargo, si la mente cesa, el corazón vive".

   "El sabio que conoce el Camino deja de friccionar con el medio, pues ahora es parte del mísmo".

   "Distinguir al Sabio es fácil, pues sus brazos siempre estarán abiertos y siempre nos dará alimento, pero no para lo que dicte la mente sino el espíritu".

   "El que se somete a liturgias y estrecha el círculo entorno así y a aquellos que le siguen o acompañan, se amarra a este mundo".

   "El sabio vive sin vivir, obra sin obrar, y por renunciar al fruto de sus actos queda libre de este mundo".


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lunes, 4 de febrero de 2013

LA REALIDAD SE COMPONE DE INFINITOS PLIEGUES DE CONSCIENCIA

Canalización espiritual de un hermano de luz...




    
   "La paz sea con todos hermanos..."

   "Tiempo es para que todos ustedes tengan a bien considerar como opción relevante y determinante la introspección espiritual como única vía que les acercará al conocimiento de la Verdad. Cabe significarse en que somos todos parte de una Realidad que se desdobla en múltiples y variados pliegues de certezas y más o menos coherencias".

   "Las observaciones espirituales se corresponden con el grado de sutileza evolutiva de cada individuo y del medio en el que se desenvuelva en continuo intercambio vibratorio con aquellos seres más próximos a su radio de acción-reacción. Es decir, todo individuo observa una parte de la Realidad, un pliegue de la misma, que en determinados momentos puede verse alterado por la interacción con otros elementos de mayor o menor calado vibratorio".

   "Existen infinitos pliegues de Realidad, lo que garantiza a todas luces que cada individuo se mueva "a razón"  de lo que observa. Sin embargo, desde otras ópticas o, llámense, otros pliegues de Realidad más excelsos, las observaciones pueden ser bien distintas, lo que producirá una muy diferente movilización".

   "Con esto hermanos, les conmino a meditar pacientemente acerca de la inmensidad de la Realidad de la Creación. Sólo la Creación es plenamente consciente de sí misma, pues todos los actores que participamos de la misma necesitamos del resto para ganar en consciencia, en sentido".

   "Para acercarnos a la Verdad hemos de realizar observaciones continuadas y desapegadas, donde el fruto de la contemplación no sea otro que el silencio y, en consecuencia la ampliación de los horizontes hasta ese momento establecidos, es decir, nuevos pliegues de la Realidad nos son revelados para ascender en el entendimiento de la Creación".

   "Sean ustedes pacientes pues el recorrido puede, en ocasiones y dependiendo de las medidas empleadas, manifestarse dinámico y certero o, por el contrario, desalentador y frustrante. Para el Sabio el Todo es sinónimo de nada y, por el contrario la nada lo es Todo para él".

   "Acérquese más al Sabio que observa con paciencia y determinación los distintos y variados acontecimientos vibratorios del pliegue en el que se desenvuelve sin que le importunen o afecten en modo alguno, pues llegados a este punto, las observaciones le encaminarán a nuevos horizontes de Realidad". 

   "Tengan ustedes bien presente que la nada lo es Todo y que el tenerlo todo es sinónimo de nada para el espíritu que comienza su recorrido de ascenso".

   
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martes, 15 de enero de 2013

EL CAMINO, LA VERDAD Y LA VIDA NOS CONDUCEN A LA LUZ





   Se suele decir que las circunstancias modelan el carácter del individuo, pero lo cierto es que este viene siendo cincelado por un largo discurrir de las mismas a lo largo de un más o menos extenso periplo de encarnaciones sucesivas con sus correspondientes recesos ajenos a la carne.

   Como espíritus que somos vamos adquiriendo conocimientos fruto del discurrir vibratorio que se deriva de las distintas pruebas a las que nos sometemos en muchas y variadas circunstancias. Estas, sin duda, nos enriquecen para seguir el Camino de aprendizaje.

   Todo discurre para evolucionar, por más que nuestra mente interprete lo contrario, o siquiera un leve estancamiento, la verdad es que esto nunca se produce. La Creación como conjunto vibratorio del que somos parte ineludible, prosigue con paso firme en un único sentido, y este no es otro que el de la evolución.

   Debemos velar porque nuestro espíritu encuentre su propio Camino, establecido por otra parte, en el receso que precede a una reencarnación. Para ello debemos concienciarnos de lo que somos dentro de un vasto contingente de Realidad espiritual. Ni somos más ni menos importantes que el resto dentro del conjunto, pero si preciosos para que el discurrir del conjunto no sufra mella alguna.

   Consciencia se deriva de conocimiento de nuestra propia Realidad existencial, y esto se produce cuando despertamos del letargo mental y emocional para reconocernos por entre la espesa maraña de la ilusión carnal. Ni somos este cuerpo, ni estos condicionamientos mentales, ni estas emociones que por momentos pueden embargarnos, ¡no!, más allá de todo esto se encuentra la Verdad.

   La Verdad ni está lejos ni está cerca, ni desde luego se trata de una quimera, lo cierto es que la misma se halla en nuestro interior, en lo más profundo de nuestro Ser. Esta no se conoce por otros, tampoco se la puede poseer. De hecho, los sabios que se han liberado de la ilusión para alcanzar el divino tesoro, la observan, la reconocen, pero no la toman para sí mismos, sino que la veneran bajo el silencio del despertar a la Vida.

   La Vida obedece al despertar por el conocimiento de la Verdad, es cuando el Sabio, fruto de su constante y desinteresado periplo contemplativo, abre por fin los ojos para observar la Realidad. Es entonces que la Luz del entendimiento le alcanza para no abandonarle más. Estará listo entonces para abandonar la rueda de la vida carnal y, disponerse a otros menesteres de mayor calado vibratorio.

   Existen muchos mundos con distintos y variados estadios vibratorios, que son apropiados para que distintos espíritus vayan tomando carne a propósito del discurrir evolutivo. No obviemos esta realidad, todo el universo es mental y ha sido dispuesto como una ilusión necesaria como campo de pruebas para que podamos evolucionar. Ahora bien, cuando el conocimiento se nos revela, el espíritu debe proseguir por otros lares lejos de esta irrealidad tan necesaria como ciertamente ilusoria.

   Por esto, como espíritus debemos identificar el Camino, que nos conduzca a la Verdad para así ganar la Vida. Esto ineludiblemente nos hará abrazar la Luz del despertar espiritual. Meditemos para ello contemplando apaciblemente las energías que nos rodean. Seamos capaces de observar como nuestro espíritu se mueve por entre éstas, pero eso sí, no reaccionemos ante estos estímulos, que por otra parte no obedecen a Realidad alguna.

   Para los menos avezados, empecemos por identificar el Camino por entre innumerables alternativas prestas a confundirnos como parte de la ilusión mental de este mundo. Meditemos contemplativamente como observadores desapegados y entregados, que antes o después, todo se andará. Esté seguro de ello.

   
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martes, 25 de diciembre de 2012

LA VERDAD COMO RESULTADO DE LA CONTEMPLACIÓN


Sincronismos de la Creación...



   Cogiendo un poco de impulso tras unos días cargados de espesas y, en ocasiones, hasta delirantes expectativas propias de unas fechas largamente anunciadas, llega la tan valorada calma. Para los que contamos con una especial sensibilidad para interpretar las vibraciones reinantes, estos días no han sido, desde luego, los de mayor brillo.

   Sí que es cierto que la humanidad encarnada se ve impulsada por una corriente vibratoria de profunda reflexión y cambios internos. Ya para la mayoría, las interpretaciones mentales y/o emocionales pierden peso para fundamentarse otras de mayor calado vibratorio. Vivenciamos experiencias interiores que apuntan a un enriquecimiento en las interpretaciones diarias. No todo es lo que parece, hemos abierto una puerta a una interpretación más amplia y sutil.

   La vida sigue su curso natural, y nosotros como parte de la misma hemos de integrarnos en la perfecta sincronicidad de la Creación. Somos energía, parte indivisible de la misma. Para entender la Realidad de lo que somos y de lo que nos rodea, hemos de imbuirnos de la Verdad. ¿Pero qué es la Verdad?.

   La Verdad es la resultante de contemplarnos como una pieza fundamental dentro de un gigantesco organigrama creativo. Cuando somos observadores de nuestra propia naturaleza, surgen los reflejos de nosotros mismos en todo aquello que nos rodea. Cuando el observador se multiplica en todas y cada una de las partes de la Creación entonces su consciencia ha despertado y su amplitud se ha magnificado por serle revelado entendimiento de conjunto.

   El Camino a seguir es claro y diáfano, hemos e meditar contemplativamente sin reaccionar antes los embistes de la mente. Con la práctica se acentúan los estados de consciencia que, sostenidos en el tiempo, nos conducen a la iluminación fruto de la Verdad.

   Todos estamos en el Camino, sólo que unos se ven aún reflejados en menor cuantía en aquello que le rodea, sin embargo, ineludiblemente todos recorreremos el mismo trayecto. Es cuestión de como y cuando, nada más.

   Seamos conscientes de la hermosura de las vibraciones de las que se compone toda la Creación, de lo vasta y variada que es la composición de la misma, donde cada uno de nosotros tiene un color y una frecuencia especial que brilla por entre las demás. No somos ni más ni menos importantes que el resto, pero eso sí, todos absolutamente imprescindibles para que el conjunto adquiera sentido.

   No debemos despreciar o desdeñar en modo alguno a ningún elemento de la Creación, pues en la integración está el valor sincrónico de la misma. No tendría sentido nuestra existencia sin aquellos condicionamientos que nos mantienen en tensión cada día, pues estos nos someten a la tan necesaria probatura de carácter evolutivo.

   Seamos conscientes de que entre nosotros no hay ni malos ni buenos, ni más importantes ni menos. Pues si observamos de manera desapegada ganamos en entendimiento de conjunto y, es entonces que somos conscientes del por qué de todo lo que somos y de aquello que nos rodea.

   Juzgar es síntoma de debilidad, juzgar es no conocer, juzgar es no amar en modo alguno. Todo sabio que ha despertado a la Verdad observa los acontecimientos que se producen en su vida como algo ajeno a su espíritu pero necesario para su proceso de aprendizaje. Fruto de la observación gana en profundidad de campo a la hora de valorar acontecimientos y, no obstante, se abstiene de ello, porque confía, tiene fe de que el río de la Vida le conducirá sin más dilaciones allá donde ni sabe ni espera, pero debe ir.

   Amemos nuestro espíritu, nuestra vida, la de nuestros hermanos, todo cuanto existe conocido y aún por conocer, pues esta es la actitud que honrará el devenir de nuestros movimientos vibratorios.
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domingo, 9 de diciembre de 2012

EL CAMINO DEL MAESTRO



Valle del Cercado en Anaga (Tenerife)


   Que hermosa es la vida cuando se encuentra el equilibrio suficiente como para poder interpretarla y, sin embargo, que angustiosa y problemática se manifiesta ante los ojos de aquellos que aún permanecen ciegos a la Realidad de la Creación y de sus armónicos movimientos energéticos.

   Todo depende del punto de vista vibratorio desde el que se observa la vida, así para aquellos seres elevados ausentes de carne, ésta cobra un nuevo sentido que escapa al intelecto de la mayor parte de la humanidad encarnada que aún se mueve en el horizonte mental.

   Con la observación desinteresada y espontánea, el aprendiz se sumerge en un nuevo conocimiento vital, que no es otro que el descubrimiento de los variopintos intercambios vibratorios a los que todos los seres de la Creación nos vemos sumidos. Nada ni nadie escapa al intercambio vibratorio que busca pulir nuestras impurezas. La Creación se moviliza por causa de la evolución.

   Sabio es aquel que despierta de la ignorancia del letargo mental para liberarse y por ende entender el comportamiento de las energías de su espíritu encarnado o desencarnado. Ha aprendido a ser paciente, a observar y a no reaccionar ante estímulo alguno.

   Cuando el sabio permanece en este estado de consciencia sin pensamientos, establece que no hay más maestro que aquel que nace de la entrega y la rendición a la majestuosidad del espíritu que se refleja de igual manera en él que en todos sus hermanos. Entiende por fin, que nada hay que le distinga del resto, pues hasta ahora lo que veía de mal en el resto de sus hermanos no era sino la confirmación de sus propias debilidades internas.

   El sabio observa y ve en otros lo que hay en sí mismo, luego se ama para amar a sus hermanos y ama a sus hermanos para amarse a sí mismo. Alcanza la automaestría en el entendimiento de la Verdad, y ésta le alcanza para no abandonarle jamás. El Maestro asciende entre la espesura vibratoria para ser fuente de sabiduría y luz, y su puerta permanece abierta para siempre.

   Muchos continúan buscando pero sólo unos pocos encuentran, y esto es debido a que el intelecto y las liturgias adormecen al espíritu por causa de las emociones y la mente. Entender es cesar, amar es aceptar...

   Muchos Maestros muestran al mundo el Camino sin llamar la atención para sí mismos y sin esperar rédito alguno por las obras que desarrollen. Esto se entiende porque la puerta de su espíritu está abierta al paso de corrientes vibratorias de luz, que serán siempre las apropiadas para impulsar movimientos de crecimiento en la humanidad.

   No piense usted sobre ello, sólo contemple observándose a usted mismo. No reaccione y abandónese porque este es el Camino que conduce a la Libertad. Parecerá estar lejos a efectos mentales y emocionales, pero la Verdad es que estará más cerca de sí mismo y del Creador.

   No busque maestro alguno que le guíe, pues si practica la meditación contemplativa, se muestra firme y comedido en sus actos y hábitos, y se entrega, el Maestro le saldrá al paso para mostrarle aquello de lo que usted adolece para liberarse. Tenga fe...
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martes, 9 de octubre de 2012

PALABRAS DE LUZ - YO SOY TÚ.





   No necesitáis buscar para Ser. No necesitáis pensar, imaginar, concretar o precipitar para encontrar. Todos los esfuerzos que emprendéis, en la gran mayoría de los casos, carecen de sentido espiritual, aún cuando vuestra mente interprete lo contrario.

   Depositáis energías derivadas de determinados esfuerzos de atención reiterativos en el tiempo sobre ciertos aspectos que, si por un breve instante fuerais conscientes desistiríais de los mismos. Conozco de la buena intención de muchos buscadores de la Verdad, mas sabed que por más ahínco que pongáis en ello, la resulta no os conducirá a la Verdad en sí misma.

   La clave a todo este torrente de energías que se pierden en el anonimato por falta de concreción en un objetivo sólido y Real, está evidentemente en la atención. Si vuestra atención no encuentra un objetivo certero a nivel espiritual que merezca el que depositéis todas vuestras energías en él, ¡cuánta energía desperdiciada inútilmente!.

   No debéis confundir la fe que depositáis sobre un maestro, un líder religioso, un ser especial, una causa espiritual o cualquier otro aspecto de este mundo con la Verdad del Camino espiritual. Todos somos parte de un Todo indivisible, donde los unos nos apoyamos en los otros a través de distintos y variopintos intercambios vibratorios para crecer, luego el Camino es el mismo a recorrer por cada uno de nosotros ya que formamos parte de un conjunto vibratorio indivisible.

   Dentro del Todo nada es especial por sí solo, pues nada puede Ser sin el conjunto. Por esto, todo maestro que ha alcanzado la sabiduría del conocimiento y entendimiento del Camino observa que su energía se fundamenta e integra en el conjunto vibratorio del Todo.

   Desde esta observación que se deduce de una práctica contemplativa donde la atención sí se ha establecido en la propia Realidad del espíritu que somos como individuos y al mismo tiempo como una comunidad vibratoria, comúnmente llamada Todo o Dios o Alá, el maestro se reconoce como tal y por ende acaba amando a cuanto le rodea por ser parte de sí mismo.

   Las liturgias y distintos ritos religiosos son meros condicionamientos mentales que os limitan en vuestro andar hacia horizontes de Realidad más certeros y prósperos para el crecimiento de vuestro espíritu. Si ponéis barreras mentales que os impongan metodologías de trabajo forzadas por la voluntad, en verdad que seréis como pájaros enjaulados, pues el espíritu debe moverse con libertad más allá de la irrealidad de este mundo carnal.

   Si hay mente no hay espíritu, luego la atención debe depositarse en este último para que pueda manifestarse la Verdad de cuanto sois y cuanto os rodea que, por otra parte, no es más que una prolongación de vuestras propias vibraciones.

   Debéis entregaros a la práctica contemplativa ajena a cualquier condicionamiento. Además, no deberéis sentiros especiales o más o menos importantes con respecto al resto de vuestros hermanos, pues esto es un error derivado de la falta de entendimiento del discurrir funcional de la Creación.

   El primero y el último van de la mano a nivel evolutivo, pues como os he adelantado todos somos Uno en el Todo. A más elevación espiritual mayor será el grado de entendimiento del discurrir natural y espontáneo de las energías y, por tanto, mayor será el amor para con aquellos que aún friccionan con las mismas.

   Sin duda, el amor es el motor del Todo, pues todas las energías se movilizan en su continuo e ineludible discurrir por y para la evolución del individuo como parte del conjunto.Si usted se siente sólo o incomprendido, sepa que esto no obedece a una Realidad espiritual, pues de cierto es que el espíritu que se encuentra entiende que sus energías van de la  mano de otras con las que interactúa a diario. Luego ¿dónde está la soledad?.

   Yo Soy tú, mas tú debes ser Yo. Este es el principio del reencuentro, donde el yo se encuentra con su propia naturaleza espiritual, manifestándose la grandeza del Yo. Este Camino sólo es recorrido por aquellos que se entregan libres de condicionamientos a la práctica contemplativa, donde las acciones y reacciones consiguientes sufren un quebranto definitivo. Es entonces que la mente cesa para dar cabida al vuelo del pájaro espiritual.

   ¿No cree usted que es tiempo de excarcelar su propio espíritu?.. Sepa que todos somos parte de un conjunto inequívocamente avocado al reconocimiento y el entedimiento, pues así está orquestada la Realidad vibratoria de la Creación. Ningún espíritu como foco vibratorio puede vivir inconexo de la Realidad del Todo, lo único que ocurre es que presa de la interpretación de la mente su rango interpretativo se vea someramente condicionado para ser consciente de la Realidad en sí misma.

   Reflexione, medite, contemple, observe y lo demás carece de importancia por intrascendente para el Camino que todo individuo debe emprender antes de tener consciencia de conjunto. Lo uno va seguido de lo otro, por eso es fundamental que su atención esté en ello y no en lo otro.

   
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viernes, 13 de julio de 2012

FALSAS APARIENCIAS, NADA QUEDA OCULTO PARA EL QUE SE ENCUENTRA A SÍ MISMO


   


   La paz sea con todos hermanos...


   Para la inmensa mayoría de ustedes la vida pasa de largo como un torbellino de intensidades y desenfreno donde las injusticias campan con alegría por doquier. Sin embargo, ustedes creen ver pero no ven, creen entender pero no entienden, creen vivir pero no viven.


   La Realidad es bien distinta, pues las apariencias han hecho de la humanidad una certeza que no es tal... una vida que no es tal...¿Y se preguntarán, cual es la Verdad y cómo identificarla entre tanta apariencia?. La respuesta está en la vivencia interior de cada uno, en la entrega, en la contemplación ajena a los sentidos mundanos que los obsecan y confunden sobremanera.


   Para mirar y comprender, primero se debe redirigir la atención hacia el interior para contemplar la Realidad de la vida espiritual. Todos somos parte de un Todo indivisible, y sólo desde el reconocimiento interior seremos capaces de alcanzar la destreza suficiente como para interpretar con rigor aquello que nos rodea, que por otra parte, es un fiel reflejo de nuestra propia naturaleza espiritual.


   Los males que observamos no son tales, las injusticias que despreciamos no son tales. Pues para el que se ha encontrado a sí mismo queda libre de las apariencias vibratorias que confunden el ánimo y perturban la lucidez del espíritu para observar la Verdad.


   La Verdad no es otra que la perfecta consonancia vibratoria entre los distintos sujetos que conforman la Creación, y más allá de todo esto todo carece de importancia por inconsistente. Aprenda a observar desde la quietud que le garantiza la observación como testigo desapegado de todo cuanto aparentemente parece acontecer a su alrededor. La vida no es la Vida. Sólo desde la meditación contemplativa podrá usted encontrarse con su propia Realidad, que es la de todos.


   Nadie está por encima del resto, y aunque las apariencias así se lo transmitan, tenga presente que cuando usted se sumerja en la quietud mental que le brindará la práctica contemplativa de manera asidua, la visión de la vida carnal se disolverá como la niebla con los primeros rayos del Sol.


   El Sabio sólo será tal cuando se encuentre a sí mismo entre la espesura de la vida carnal. La sabiduría brota de la quietud mental que sucede a la práctica contemplativa areactiva. No obstante, el Sabio nunca se reconocerá como tal, sino como uno más entre la inmensidad de la Creación. El Sabio se distingue del sabio en que entiende que la sabiduría no es un bien propio, y que, por tanto, no podrá obtener refrendo por tales conocimientos, ya que los ha obtenido de la Fuente.


   Aprenda  a distinguir entre el Sabio desinteresado y entregado que no busca gloria ni riquezas, y el sabio mundano que aún vive presa del reconocimiento y la gloria de este mundo carnal que no es más que una apariencia. Sea inteligente, y sumérjase en su propio templo interior, ríndase a sí mismo y contemple cuanto acontezca sin esperar nada... sólo observe...no reaccione...deje hacer... sin más...


   Sea de una vez consciente de que todo cuanto ha venido observando a través de los sentidos físicos o de la interpretación mental, no es más que un mundo de apariencias, una vida de apariencias, y es tiempo de despertar a la Realidad. Esa no es la Vida, pues esta es bien distinta. Pero entienda que sólo a través de la libertad que le brindará la práctica contemplativa podrá usted despertar a la Vida eterna.


   Para despertar no necesita más que la atención desinteresada en la práctica de la meditación contemplativa. Observe sin reaccionar, que el resto le será revelado por añadidura. Esta es la Verdad, nada queda oculto para el que se encuentra a sí mismo.
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