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sábado, 25 de febrero de 2012

EL RAYO VIOLETA, LA TRANSMUTACIÓN POR LA LLAMA VIOLETA.

   Como hemos tratado anteriormente, cada espíritu goza de una cualidad que destaca sobre las demás, así, en el caso de los maestros ascendidos ocurre que esta cualidad destaca sobre manera. Esta cualidad es una poderosa vibración energética que se genera en un chakra para inundar el aura del ascendido.

   Vimos que el séptimo chakra Sahasrara toma el color de aquel chakra que en mayor medida manifieste la divinidad. Esto es lo que hace especial a cada uno de los maestros ascendidos, están dotados cada uno de ellos de un color vibratorio diferente, que les convierte en estandartes de una cualidad de la divinidad.

   Así, existen maestros ascendidos que manifiestan un aura con un colorido predominantemente violeta. Estos maestros nos traen la transmutación y el perdón como cualidad más excelsa dentro de su amplio repertorio como seres ascendidos. A este conjunto de maestros ascendidos con esta cualidad excelsa en su aura se les suele englobar en el rayo violeta, que obedece a la energía vibratoria que se deriva del sexto chakra, el que nos conduce al reino de los cielos.

   Jesús es, sin lugar a dudas, el gran maestro de maestros  y figura fundamental en este rayo violeta. Su mensaje de perdón y misericordia como herramientas ineludibles e insalvables para liberarnos de la pesada carga kármika que arrastramos a lo largo de distintas reencarnaciones. El nos brinda el perdón con doble vertiente, es decir, debemos perdonarnos e igualmente perdonar a todos. De esta manera escapamos a la ley de causa y efecto, o lo que es lo mismo a los pecados o karmas que nos siguen esclavizando a la carne.

   Otro poderoso maestro ascendido del rayo violeta es Saint Germain, quien nos alecciona igualmente en que debemos utilizar la llama violeta transmutadora de toda apariencia de oscuridad en nuestro camino hacia cotas más elevadas de conocimiento y entendimiento de la Realidad espiritual. Establece que no existe la oscuridad, sino la ausencia de luz, que no existe el mal sino la ausencia del bien. Así pongamos luz donde hay apariencia de oscuridad, para esto tomaremos la llama violeta y transmutaremos todas las apariencias en Realidades de luz.

   También en este rayo violeta residen los 4 guerreros de luz que hemos tratado en otro artículo. Son los poderosos guerreros del rayo violeta, que están prestos a disolver todas las oscuridades que se nos presentes en nuestro día a día. Recurramos a su poderosa energía transmutadora y disolvamos definitivamente todas las cadenas que nos oscurecen en el entendimiento de la Realidad.

   Estos 4 guerreros son Miguel arcángel, que toma su espada de luz para cortar las cadenas que mantienen a las almas ya desencarnadas atadas a este mundo, y que aún no han completado el tránsito hacia el otro lado. El corta de un tajo estas cadenas para que la liberación sea tanto para nosotros, que vivimos afectados por la presencia vibratoria de este hermano entorpecido, como para ese hermano que comenzará a atisbar algo de luz en el camino.

   El segundo guerrero es Zadquiel, que se manifiesta con un poderoso huracán tempestuoso que conduce al liberado hacia la luz del Padre, o por el contrario si persiste en el error, le conducirá a un sitio apartado de la tierra y de los que en ella vivimos encarnados. Así, establecerá justicia disolutiva en nosotros y en aquellos que nos estuvieran afectando.

   El tercer guerrero es Jaumiel, que disuelve con su poderosa presencia cualquier trabajo de brujería que pudiera obstaculizar nuestro libre albedrío para continuar gozando de libertad en nuestro camino. El establece justicia para con nosotros, pero sobre todo disuelve la esclavitud de aquellos espíritus entorpecidos que son esclavizados por brujos para dañar y corromper el aura vibratoria de sus víctimas, que viven el sufrimiento sin ser conscientes de ello. El maestro Jaumiel hace que la causa de estas terribles prácticas se cobre su merecido tributo. El karma recae sobre el brujo buscando justicia...¡pobre de aquel que practique la brujería, pues Jaumiel es implacable en sus acciones!. Así, que cada uno tome los frutos de su cosecha. Cuidémonos de estas prácticas por nuestro bien.

   El cuarto y último guerrero es Anaquiel, quien desde las alturas precipita todo el poder destructor del rayo violeta para aniquilar la oscuridad que pudiera aún subsistir tras el paso de los tres anteriores guerreros de este rayo violeta. Tras de él, ya no queda nada.

   El aura de estos hermanos es de un hermoso color violeta, que está presto a disolver y transmutar la oscuridad en Luz. Recurramos siempre sin dudar a estos poderosísimos hermanos ascendidos, que establecerán en nosotros y en aquellos que nos rodeen la paz derivada de la libertad para poder seguir en el camino hacia el reino de los cielos.

   No olvidemos que sólo a través de la meditación contemplativa seremos capaces de hallar el camino del entendimiento de la Realidad. Moderemos nuestras acciones y deseos. Establezcamos nuestra atención en el presente y desechemos todo lo demás. Yo Soy el que Soy es nuestra esencia, procedamos pues a reconocernos y tomemos la llama violeta para que las sombras se disuelvan ante su poderosa presencia transmutadora.

   ...Yo Soy la Luz del mundo...Yo Soy aquel que cabalga entre las tinieblas cambiando éstas por Luz...Allá donde veas apariencia de oscuridad pon Luz con  la llama violeta transmutadora...
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