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lunes, 30 de enero de 2012

SAINT GERMAIN Y LA LLAMA VIOLETA - LA TRANSMUTACIÓN DE LAS VIBRACIONES.

   Saint Germain es, sin duda, uno de los grandes maestros ascendidos, y es de capital importancia que recurramos a él para efectuar la transmutación de las vibraciones energéticas cuando sea preciso.

   Su cualidad energética es la de cambiar la naturaleza de las vibraciones negativas, estableciendo vibraciones de luz. A esto le denominamos transmutación, y no refiriéndonos a la transmutación de los metales como alquimista que tranforme el plomo en oro, sino a la transmutación de las energías oscuras.

   Debo comentarles que cada espíritu cuenta con su propio carácter, que con la ascensión espiritual se torna en una cualidad. Se les suele englobar entonces en rayos de Luz que definen su naturaleza. De esta manera, se establecen siete rayos de Luz. Podríamos profundizar en esto, aunque lo realmente importante es el mensaje y la cualidad que nos trae cada ser de luz. Mi percepción de la Realidad me hace dejar en un segundo plano el rayo al que pertenezca cada espíritu de Luz.

   En el caso que nos ocupa, Saint Germain se identifica con una llama violeta. Es decir, su naturaleza es de cambio y transmutación. De esta misma naturaleza tendríamos como vimos en otros artículos a Zadquiel, Jaumiel o Anaquiel.

   En distintas canalizaciones espirituales el maestro Saint Germain nos dice...

   "Yo Soy la luz del mundo. Me dirijo a todos ustedes con el único fin de que sean partícipes de la Luz del cambio. Todos suelen poner su atención en cosas vanales  que corrompen el espíritu, así os digo que pongáis la atención en la Verdad del silencio.


   Yo Soy aquel que cabalga entre las tinieblas cambiando éstas por luz. Allá donde haya apariencia de oscuridad, poned luz. La oscuridad como tal no existe, es ausencia de luz. Poned luz allá donde impere la ausencia de la mísma.


   No existe el mal, sino la ausencia del bien. Todo es factible de ser transmutado, así yo os brindo la llama violeta transmutadora de toda apariencia de oscuridad. En toda la Creación existen dos caras de una misma moneda, pero contáis conmigo para tornar la cruz en cara. Así cuando entráis en una habitación a oscuras, prendéis el interruptor para dar luz, luego ¿dónde está ahora la oscuridad?. 
   Si tenéis fe y recurrís a mí, yo os brindaré el interruptor para que pongáis luz allá donde haya apariencia de oscuridad. Para ello os dejo la Llama violeta de la transmutación. 


   Meditad sobre mí, porque a través mío sólo Luz obtendréis. Os conduciré a un valle de Luz donde las apariencias queden disueltas. En mi ser sólo el cambio y la transmutación tienen cabida. Vengo para establecerme en vosotros de manera que vuestro espíritu transmute su esencia en Luz, y haga lo propio con los que le rodean.


   Arderéis en el cambio de mi presencia, la LLama violeta os abrasará en el frenesí de la transmutación en Luz.. Así, brillaréis para disolver las apariencias de oscuridad de este mundo. Tomad la llama transmutadora  e incendiad el mundo con ella. Que no quede espacio alguno en el que las apariencias se tornen como ciertas. Lo único cierto es que Yo Soy el que Soy.


   Debéis ser capaces de observar desde el corazón, que si éste se encuentra puro, toda suerte de prodigios que podréis ver. Mas ahondad en el espíritu, porque desde ahí veréis sin ver y oiréis sin oir, que Yo Soy el que Soy.


   Yo Soy la luz del mundo. Yo Soy la llama violeta transmutadora. Yo Soy aquel que cabalga entre las tinieblas cambiando éstas por Luz. Yo Soy el que Soy.


   Quedad en la luz...".


   El maestro Saint Germain nos brinda su poderosa cualidad que son el cambio y la transmutación, que finalmente nos dan la libertad. Debemos tomar esta poderosa herramienta que se representa como una llama  ardiente de fuego violeta. Ahí deberemos introducirnos nosotros, de manera que estas llamas consuman la apariencia de oscuridad, estableciendo la Luz.

   De igual manera, incendiemos todo aquello que nos rodea. La apariencia de enfermedad, la apariencia de oscuridad, la apariencia de odio...,todo debe arder en el fuego libertador que representa Saint Germain.

   Estas técnicas son útiles cuando queramos realizar un trabajo de cambio ante una oscura vibración. Sin embargo, no debemos obsecarnos en una lucha enconada para transmutar las oscuridades. Debemos invocar la llama violeta de Saint Germain con determinación, pero al mismo tiempo siendo testigos desapegados del resultado de tal acción. Si tenemos fe, dejemos que sea Saint Germain el que actúe.

   No olvidemos que el camino a seguir comienza con la introspección, es decir, meditando con actitud de entrega y de reconocimiento de nuestra naturaleza espiritual. Como maestros en potencia, ahondemos para contemplar como el reino de la ilusión se desvanece ante nosotros. De tal suerte que la Realidad nos aborde en un mar de entendimiento y sabiduría.

   Jamás deberemos generar automatismos mentales en cuanto a las técnicas de meditación, limpiezas energéticas, oraciones, sanaciones espirituales, decretos, etcétera. Que sea nuestro espíritu el que nos guíe. Dejemos que la inspiración acalle nuestra mente para mostrarnos el camino.

 





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